miércoles, 20 de junio de 2012

- "Veinticinco años y un día... ¡ahí es nada! Y justo el día en que Hipercor saltó por los aires en Barcelona y todos nos sentimos familia de los muertos y heridos. Llegó como un rayo de esperanza y alegría. La muñequita que faltaba para completar el cuadro. Durante unos años fue Arale (ahora no recuerdo bien quién era quién) con su misma vocecita, las rosas en las mejillas y haciendo con sus deditos la V (no de Vendetta sino de Victoria). Felicidades Sai... o Isa... o Elizabeth... o Isabel ... (ya somos unas cuantas)" - ¿No me digas que conoces a alguien al que han condenado a 25 años y un día? ¿Pero con qué gente te codeas?... y encima chino.

Me tiene preocupada esa manía de la abuela de confraternizar con todo el mundo porque, al final, repercute en mi cartera. Un día los invita a tomar café y cuando quiero darme cuenta, ya están comiendo en casa ¿y quién lo paga? Mi menda.

La abuela sale muy arreglada de su cuarto. No va muy pintada ¡gracias a Dios! porque a veces parece la paleta de un pintor - "Estaré en el Funeral. Van a presentarnos a alguien que quiere entrar en nuestro selecto club (jijijiji... se me escapó la risa y me taladró con los ojos) Es alguien que quiere que, algún día, su foto esté también en la pared de los finados" - Jijijiji... escogédlos más jovencitos porque, al paso que lleváis, os quedaréis sin hueco en la pared - "Estás muy graciosa hoy... El domingo conocerás a esta persona porque pienso invitarla a comer" - ¡Pero, si no la conoces! - "Pues por eso mismo" - ¿De dónde has sacado esta blusa roja y dorada que canta a un kilómetro de distancia? - "De los chinos. ¿No ves que lleva el cuello Mao? Es en homenaje al "nuevo" - ¿Por qué?... ¡Ay! no me digas que es... ¡chino! - "Pues sí, chino, chino, filipino jajajaja... y veremos cómo aguanta los brindis de chinchón. Le invitamos porque es muy simpático, siempre ríe. Y también por el morbo y la curiosidad que tenemos por saber qué hacen con un chino después de muerto" - ¡Ya os podría dar por morder esquinas!

La abuela a vuelto a las horas brujas. Venía acompañada del chino (no creo que haya otro en el Funeral) . Me ha hecho una reverencia que ha querido imitar la abuela y por poco rodamos todos por el suelo. - Hola, soy Li. Señola abuela estal chunga pelo yo leíl mucho con ella. Me gusta (¡Ay, Dios, que al final tendré un abuelo chino!) Ahola dolmil mona. Mañana yo vel en Funeral - Yo decía que sí con la cabeza, incapáz de articular palabra. Si el chino había bebido chinchón a tutiplén, no se notaba. - Vamos a la cama, abuela y mañana me contarás lo qué ha pasado - "Jijijiji... ¡que jodío, el chino! jajajaja... ¡Nos ha tumbado a todos!

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