martes, 19 de junio de 2012

Hasta que no ha visto el Diario la abuela estaba perfecta. La oía hablar con Pascualita mientras desayunaba contándole lo mal que lo pasó ayer, durante el partido de España-Croacia. - "Si llego a coger a Piqué lo estrangulo. Me tuvo en un hay, el puñetero Pascualita ponía cara de circunstancia al ver como su amiga se alteraba y miraba en derredor para ver si estaba presente el tal Piqué. Esos momentos son los que hay que evitar estar estar presente.

Cuando he visto la errata en la primera página del Diario y a todo color, no he dudado en enseñársela a la abuela - Mira, hablan del partido - "A ver, a ver... ¿Cómo que perdió España? ... ¿Ha perdido?... Entonces ¿lo he soñado? ... No puede ser. No puede ser... Ha sido muy real... ¿Así que hemos perdido?... Aquí lo pone muy claro y en colores: Croacia 1- España 0.... ¡Ay, Pascualita! No somos nadie" - Se ha venido abajo. -" Ahora mismo y con este disgusto no estoy ni para guisar" - ¡Ostras! Esto no entraba en mis planes, lo único que quería era reírme un poco pero con las cosas de comer no se juega y tuve que decirle la verdad. Lo que acaba de ver era una errata como una catedral. Pero no estuvo tranquila hasta que oyó a Francino hablar de la victoria de la Roja.

Ha llamado a voces a la Cotilla y luego ha telefoneado. El resultado ha sido que en casa hemos comido como si fuera domingo: apreitivos, entremeses y lomo al horno con salsa. Naturalmente la Cotilla, Blas, el Municipal, Andresito y el Médico estaban encantados. Yo no, porque esta semana tendrá dos domingos que atacarán a mi cartera.

La abuela no quiso que Pascualita y Pepe se perdieran nada. La primera presidía la mesa desde lo alto del frutero, camuflada entre los plátanos. La Cotilla le dio tal manotazo a Pepe que, a punto estuvo de tirarlo de la mesa. La abuela y yo hicimos el mismo movimiento de protección - "¡Cotilla, hija, que el pobre no te ha hecho nada!" - ¡No me gusta que me mire un muerto mientras como! - Pascualita había levantado la cabeza y miraba a la vecina con cara de pocos amigos. Insistí para que comieran fruta y así, la tarta que habían traído Andresito y su hijo, no tendríamos que compartirla. Fue el Municipal quién alargó primero el brazo hacia el frutero y cogió el falso plátano. Al notarlo resbaladizo tuvo un escalofrío y lo soltó, dejándolo caer en el plato de Blas. Este, sin mirar, fue a cortarlo con el cuchillo (se nota que viene de buena familia) pero un grito desgarrador de la abuela le hizo desistir. La Cotilla fijó sus ojillos en la "fruta" - Pero... pero si es... ¡esa cosa repelente! ¡Tírala que ya debe estar pasada! Con cara de asco, Blas le dio un manotazo y Pascualita, aturdida, cayó junto al Médico . Picado por la curiosidad, alargó la mano para cogerla y lo que consiguió fue un mordisco que lo dejó dolorido e hinchado para todo el día y parte del día siguiente. Pensó que había sido una broma mía y no paró de decirme piropos el tiempo que estuvo consciente - Dame una de esas patadas que tanto me gustan- También con él practicamos el método chinchón para que no recordara nada después de la resaca.    

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