jueves, 15 de marzo de 2012

La abuela se ha resfriado y se pasa el día entre tisanas y váhos. Pascualita se esconde en el último rincón del barco hundido cuando la ve porque ya la ha obligado a  soportar esos calores. Dice que, además de abrir las vías respiratorias, también abre los poros y cree que a la sirena le hace falta una limpieza de cútis. Se la tuve que quitar de entre las manos porque la pobre estaba medio asfixiada. ¡Que cabezona es! trata a Pascualita como si fuera una persona. No le entra en la cabeza que es un pez... o algo así.

Con estos días de calor la abuela ha bajado la guardia y va en manga corta, tanto en casa como en la calle y en ambos sitios las temperaturas son distintas. Luego, por la tarde, se echa la siesta en el sofá tapada con una manta hasta la barbilla. Total, que está todo el día quitando y poniéndose ropa y el resultado ha sido un fuerte constipado. Ahora se ha dado cuenta de que todos sus desvelos previniéndose de coger posibles enfermedades, no ha servido para nada y se lamenta - "¡Voy a ser un número más en las lista de espera. No me harán ni caso!" - Toda esta comedia es para no ir a la consulta. Tiene miedo de contagiarse de los demás pacientes "¡Hay muchos virus sueltos por allí!" - Sobre todo, los que tu aportes porque no dejas de toser. Vete al médico a que te recete un buen jarabe que acabarás sacando los pulmones por la boca - "¡Me harán pagar el repago!" - Todavía no. Aprovecha.

Por fin accedió y la acompañé. Al salir juraba en arameo. Tenía que hacerse análisis ¡de sangre! - "¡Vampiros! A mi edad no pueden hacerme esto..." - ¿Cuántos años se supone que tienes? - " ¡Y a tí que te importa!" - Pero si solo es un pinchacito, mujer, jajajaja... Huy, ¡que miedosa! - "¡Hoy vas a comer pan con aceite!... ¿y lo de la orina...?" - ¿Qué pasa con eso? - "Pues que es algo muy íntimo y no se la puedo enseñar a cualquiera" - A cualquiera, no. A una enfermera ... o enfermero -"Ah, no. ¡Eso sí que no! Hay cosas que no se le enseñan a un desconocido ¡Por ahí no paso! - Pero pasó y el día que debía volver al médico para saber los resultados me dijo, muy seria, que no quería que la acompañara. Perpleja, pregunté por qué - "Me robas protagonismo... y la enferma ¡soy yo!" - Me tiré un rato riendo mientras ella salía de casa como un velero con las velas desplegadas llevando a Pascualita en el termo.

Al volver no estaba tan ufana - ¿Qué ha pasado? - "Se ha enfadado porque he ido sola y podría marearme" - ¿Le has dicho por qué? - "Sí. Porque no tengo a nadie ..". - ¡Tendrás cara! - "Cuando me ha dicho que me quitara el jersey porque quería oscultarme, no me he acordado del termo y ha habido agua por todo" - ¿Y Pascualita? - "Se ha dado un buen batacazo contra el suelo. La médica ha estado a punto de aplastarla con el pie pensando que era un bicho repelente pero, aunque se ha extrañado, no lo ha hecho cuando le he dicho que eso tan feo era mi única amiga, mi amuleto de la suerte" - ¿Lo habrás dicho llorando? - "¡Por supuesto!" - Resumiendo ¿qué te ha dicho la médica? - ¡"Que no fume tanto. jajajajaja"! - ¡Pero si no fumas! - "Ya lo sé, pero me ha hecho ilusión y no he querido defraudarla" - ¡Que bruja eres!














No hay comentarios:

Publicar un comentario