sábado, 31 de marzo de 2012

¡Menudo día! Pere Garau estaba a tope y me he negado a meterme en aquel dédalo de callejones, puestos de verduras, gentes chocando unas con otras mientras las ruedas de los carritos acribillan pies y tobillos.
La abuela, sin embargo, disfruta con estos jaleos. No le importa hacer colas porque en seguida pega la hebra con los que tiene al lado. Ha traído verdura para parar un tren - "Para las panades y cocarrois... " - ¿Y tanta carne? ¡Estamos en Semana Santa, hay que hacer panades y el domingo de Pascua, el cordero! ¡Todos los años tengo que decirte lo mismo!."  - ¿Este año tampoco me libraré del Potage de Semana Santa? - "Puedes estar segura de que no. Estás fiestas sin el potage no serían lo mismo" -

La Cotilla ha aparecido por casa en cuanto hemos llegado - ¿Cuándo es el potage, el Jueves o el Viernes?  - Fui a buscar a Pascualita, la metí en el termo y dije adiós a la abuela - Oye, que se lleva tu termo ¡Que aprovechada es esta chica! Hasta los ojos te quitaría si la dejaras -

Salí de prisa para no contestarle. Fui hasta el mar. Hacía un día tan espléndido que me apetecía pasear por la playa. En cuanto la brisa marina se coló en el termo Pascualita asomó la cabeza. Había dejado el tapón desenroscado para que pudiera ver las olas. Se agitó muchísimo. Le conté los incidentes ocurridos en Barcelona durante la huelga, (no se me ocurrió otra cosa) con voz suave, aterciopelada, alargando cada final de palabra para que se relajara pero no funcionó. De repente empezó a lanzar dentelladas a diestro y siniestro y para evitar males mayores, coloqué de nuevo el tapón pero ella presionaba con las manitas y no conseguí enroscarlo. No me quedó más remedio que aguantarlo sobre ella, con los dedos.
Como el sol picaba me arrimé a la orilla a probar el agua. Un escalofrío me recorrió el cuerpo cuando una ola me mojó los pies ¡que fría! pero no me di por vencida y poco a poco el agua me llegó al tobillo. Era agradable. Una gaviota pasó sobre mi cabeza en vuelo rasante ¡Epa! ¡Que susto! Pendiente del dichoso pájaro y no vi el escalón bajo el agua. Me falló el pie y caí de bruces y al hacerlo solté el tapón. Pascualita, atónita, no podía creer en su buena suerte, por eso salió del termo muy despacio en el momento en que yo me incorporaba. Al verla en el agua, me tiré a por ella pero me esquivó ¡¡¡Se va, se va!!! pensé, desesperada y volví al ataque. Ella ya se había recobrado un poco de la sorpresa y su cola inició un movimiento para impulsarse como un cohete pero me tiré en plancha sobre ella y la atrapé. Me costó muchísimo introducirla de nuevo en el termo: sangre, sudor y lágrimas.
Llegué a casa chorreando. En el camino coseché risas, bromas, y también piropos y silbidos, incluso del guardia civil que vigilaba la puerta de la Comandancia. Hasta que me vi reflejada, de frente, en la luna de un escaparte, no me di cuenta de que iba "pidiendo guerra". La camisa blanca y pantalón claro, pegados y transparentes, no dejaban lugar a duda.

Menuda bronca recibí cuando le conté lo que había pasado a la abuela.  La Cotilla bajó a ver qué pasaba y yo me escondí en mi cuarto y me atiborré de pastillas contra el dolor, tanto de cabeza como el de los mordiscos. Ahora la sirena no me puede ni ver. Durante unos días llevaré las gafas de sol dentro de casa.

viernes, 30 de marzo de 2012

Esta mañana han llamado a la puerta y ¡oh, sorpresa! Blas estaba en el rellano, tan guapo como siempre y mucho más moreno - "¿De dónde vienes, de Alaska o de Canarias?" - le ha preguntado la abuela.

Creo que, cuando la Cotilla se despierta, baja a poner la oreja en la puerta de casa porque sino, ¿cómo se entera tan pronto de lo que nos ocurre?. A penas Blas había tenido tiempo de sentarse cuando ha entrado como una tromba hasta el comedor - ¡Pero, bueno! ¿Qué haces aquí? - Eso mismo le pregunto yo a usted, pesada. ¿Qué pinta en una reunión a la que no la han invitado? - ¿Estás oyendo a tú nieta?... Que pena que no la manden a sustituir a Blas, por lo menos tendríamos unos meses de tranquilidad - Veo que todo sigue igual por aquí, jajajajaja. Ahora sí que me siento como en casa.

Por supuesto Blas se quedaría a comer - " Haré bacalao al pil pil" - Mejor que no - "Bueno, si no te gusta... pues con tomate" - El otro meneó la cabeza - "¿Tampoco? ... pues al horno... ¿asado? ... ¿A ti te gusta el bacalao, verdad?" - Ya no. Todo este tiempo he trabajado limpiándo bacalaos y además lo he comido de mil maneras y ahora no puedo verlo ni en pintura - " Bueno, ya veré que hago... Dime ¿Son bonitas las Auroras Boreales?" - Preciosas... - . -"Me parece que te has dado una buena vida allí, mucha playa, caipiriñas y salsita y merengue para bailar" - ¿En Alaska? No he pisado una playa ni borracho. El agua está helada, además como he ido en invierno, siempre era de noche - "¡Mentiroso! ¿Y ese colorcito caribeño?" - Es moreno de albañil. De la nieve - "Debes haberte alcoholizado porque dices muchas tonterías... Bueno, bueno, si no quieres, no lo cuentes" - Pero si es verdad. - Fue inútil. Por más que juró que las cosas eran como él las contaba, ni la abuela ni la Cotilla, le creyeron y finalmente pasaron de él.

En la cocina, mientras recogíamos los platos vi que la abuela estaba enfadada. Llevaba el broche con Pascualita, algo entrada en carnes. - "Pobre sirenita. Con la ilusión que le hacía que el tontaina éste contara cosas de los mares del Norte para saber cómo viven allí los peces y lo único que sabe decir es que ha limpiado mucho bacalao... Me he llevado una desilusión" - A Pascualita le importa un pimiento lo que haya hecho Blas y tú eres una incrédula. ¿Cómo va a ir a la playa en invierno si estaba cerca del Polo Norte? - "Este es otro como tú. Se amilana por nada. Está en un País extraño y no lo disfruta ¡A buenas horas iba a quedarme yo en casa. Si hay que ir a la playa, se va porque, a ver ¿quién sabe cuándo volverá éste a Alaska?"

La abuela metió a Pascualita en la pecera para que respirara y se la volvió a colocar de broche. Yo estaba dispuesta a poner un poco de paz y cordura a la sobremesa y con mi mejor sonrisa, pregunté si todos querían café - ¡Y chinchón! - soltó la Cotilla - ¡Encima, gorrona! - le contesté pero fui a por la botella y las copas. La abuela, muy digna, miraba a Blas con la cabeza alta, como si él fuera su vasallo. Pascualita notó que algo no iba bien, su amiga estaba en tensión. Siguiendo su mirada supo que el responsable era el tío que estaba sentado a su lado y sin pensárselo dos veces (porque este bicho no tiene esa cualidad) le lanzó un chorrito de agua envenenada.  Antes de decir amén el pobre Blas se retorcía de dolor, con un ojo a la funerala y maldiciendo en arameo. Aún es la hora en que la Cotilla tiene que averiguar de dónde salió el chorrito.

jueves, 29 de marzo de 2012

Hay Huelga General para defender nuestros derechos laborales y sociales aunque luego, los que mandan, se hagan los sordos, mudos y ciegos y se quede todo como está. La abuela también la secunda - "Hoy no se guisa". - ¿Y qué vamos a comer? - "Pan con aceite y una ensaladita" - ¿Vas a comprar pan? - "No. Lo compré ayer" - Encima comeremos pan duro - "Pero si solo es un día, mujer, podrás sobrevivir... Mira Jaume Bonet, que ha hecho huelga de hambre por defender sus ideas y lleva 27 días sin comer. Sale en el Diario"" - A ver... Tiene mala cara y dice que ha perdido 20 kilos... ya me gustaría a mí perder otros tantos - "No seas tan superficial... ¿Conoces al señor que lo reemplazará, Bartomeu Amengual?" - Humm... No - "Yo sí. Alguna vez hemos bailado boleros juntos" - Pues no tiene muchos kilos que perder-

Hemos salido a dar una vuelta por la Ciudad. La abuela se ha llevado a Pascualita en el termo porque quiere ir explicándole el motivo de la huelga. No he ido a trabajar, por eso las he acompañado. Después de más de dos horas dando vueltas me ha entrado un hambre canina y e intentado entrar en una pastelería pero la abuela, cual piquete informativo, me ha cerrado el paso - "¡Hoy no!" - Pero si solo voy a comprar dos pasteles...mira que buena pinta tienen jejejeje... ¿no los oyes? dicen ¡cómeme, cómeme! - "Dejate de tonterías. Llevo toda la mañana aleccionando a la sirena sobre la huelga y tú quieres echarlo todo a perder. La vamos a confundir" - ¡Si no te entiende! - "¡Que sabrás tú" -¡Claro que lo sé! Es un pez.

Al oírnos discutir, la dependienta salió a ver qué pasaba - ¿Son un piquete? - Mi abuela sí, yo quiero un pastel - "¡Como se lo traiga le monto un pollo" - La mujer dio media vuelta y cerró la puerta - "No tienes vergüenza. Luego bien que te quejas cuando te rebajan el sueldo y te obligan a trabajar más ¡Floja, más que floja! Menos mal que este fin de semana no te veré... A ver si aprovechas que tendrás la casa para ti sola..." - Con Pascualita y Pepe. ¿Por qué no te los llevas contigo a la Torre? - "Porque es una escapada sexual" - ¡Pero abuela, si vas a cumplir los 86!" - ¿Y qué tendrá que ver la velocidad con el tocino? en lugar de escandalizarte (que ya no tienes edad para eso) aprende de tus mayores, o sea yo y disfruta de la vida antes de que se te escape de entre las manos"

miércoles, 28 de marzo de 2012

- "Estaba nadando en una pequeña cala, con un temporal terrible. Ví venir una ola enorme y en lugar de asustarme le di la espalda y la salté límpiamente. Sentí como pasaba bajo mis pies. Después me acerqué a las rocas de la orilla y pedí a un hombre que me ayudara a salir del agua. Otro hombre que se encontraba entre el oleaje me gritó: ¡dáme una cañita para ver los peces!. Se la pedí al que me ayudaba y se la entregué, entonces se perdió de vista entre la espuma de las olas.

Una vez en tierra ví que en la otra orilla había unos jóvenes cedros del Líbano y no dudé en entrar de nuevo en el agua, curiosamente había unas rocas, redondas y llenas de líquenes, que me sirvieron de vado.

Una vez bajo los árboles me gustó su perfume y ví sus altas copas pero no podía verlos completos, para eso tenía que volver a la otra orilla y no había ningún puente que me llevara allí" - ¿Qué es todo este galimatías de buena mañana? - "Un sueño que he tenido... ¿qué te parece?" - Una tontería como la mayoría de los sueños - "¿No crees que dice que soy un culo de mal asiento?" - ¡Yo que sé!... además ¿cómo sabías que los cedros eran del Líbano? podrían ser de Pere Garau - "Sí... pero ya que los sueñas, mejor si son de sitios exóticos. ¡Es que ni para los sueños tienes imaginación!" - ¡Eh, eh! no empecemos que es muy temprano.

Cuando volví a casa después del trabajo, la abuela seguía dándole vueltas al sueño y comprendí que le había  dado la lata toda la mañana a la pobre Pascualita porque, en lugar de estar sobre la pecera escuchándola atentamente, se había escondido dentro del barco hundido y apenas se le veía la cola.

Sentadas a la mesa saqué diversos temas de conversación con la intención de que no volviera a coger el hilo de su tema favorito del día y casi lo conseguí - "¿Es corrupto el que usa un coche del trabajo, sin permiso y lo usa para su divertimento?" - Yo diría que sí - "Me sé de dos que se les habrá pasado la borrachera para toda la vida" - ¡Menudo cargo de conciencia! Ni en sus peores pesadillas les debió ocurrir algo así - "Hablando de pesadillas..." - ¡Oh, no! - "Es que no me la puedo quitar de la cabeza. ¿Tan voluble soy?" - Eres cómo eres y ya está, no le des más vueltas - "¿Que debe pensar Andresito de mí? Tal vez por esto no se decide a hacer el viaje a Londres?" - O porque, en tiempo de crisis, no gasta tan alegremente como antes - "No, por eso no es. Piensa que acaba de heredar de su padre" - ¿Acaso tenía un palacete en Pedralbes? - "No, pero sí una preciosa Torre de los años 60 en el Paseo Marítimo" - ¿En serio?... ¿Y la heredará el Médico? - Sí, pero a su debido tiempo. Antes tengo que disfrutarla yo... de hecho, ya he empezado y este fin de semana lo pasaré allí" - ¿No vendrás a dormir? ¿No te da vergüenza? - "El que tiene vergüenza, ni come ni almuerza" - ¡No puedo entender que hagas éstas cosas a tus años! - "Precisamente lo hago por eso, por lo poco que me queda de estar en el convento jajajaja..." - No tienes remedio.

La Cotilla entró como un elefante en una cacharrería y dejó una llave sobre la mesa - Mi sobrino ya ha vuelto a trabajar... He oído risas ¿celebráis algo? - "No, pero podemos hacerlo. ¡Niña, trae el chinchón! ¡Por la Torre de Andresito!" - Atónita, la Cotilla exclamó ¡¿Tan grande la tiene?!

martes, 27 de marzo de 2012

- "¡La Justicia tiene sentido común! si todos tenemos que apretarnos el cinturón ¡y de qué manera! también tienen que hacerlo los políticos que nos obligan a ello. Un razonamiento lógico a todas luces que no entra en las entendederas de la Cúpula... ¿por qué? ¡ah! deben creer que son como los linces, una especie en peligro de extinción y nada más lejos de la realidad ¡proliferan como los topillos de La Mancha! Y si tienen que hacer más horas sin cobrarlas no hay que subirlos a los altares porque muchos otros funcionarios, tan capacitados o más que ellos, ya lo están haciendo. Siempre se ha dicho que hay que predicar con el ejemplo pero parece que ésta máxima no la conocen... ¿Y ahora qué pasará? pues que tendrán que devolver los cuartos que se subieron porque sí y porque son más guapos que nadie... ¡Ay, Pascualita, serás la Reina de los Mares cuando vuelvas a tu hábitat con todo lo que te estoy enseñando!"

- ¿Me estás hablando? - "No... como la sirena ya sabe la receta de las natillas, la estoy poniendo al día de las cosas que pasan por aquí... ¡Mírala qué guapa es y con cuánta atención me escucha! Ya podrías tú hacer lo mismo que no hay mejor consejo que el que da una abuela a su nieta" - Me los sé de memoria: búscate un novio; ten un hijo; echa una cana al aie día sí y el otro también, etc. etc... - "¿Y por qué no lo haces? además, novio ya tienes" - ¡Me acabo de enterar! - "No te hagas la tonta. El Médico se pirra por tus huesos" - Será deformación profesional. Además, es muy cansado estar con él - "¿Ah, sí? ¡Cuénta, cuénta! ¿Sabe hacer virguerías?" - ¿Pero es qué no sabes pensar en otra cosa? - "¿Hay algo más importante?" - Es pesado porque, cuando estamos juntos, no es felíz si no le arreo algún porrazo. Y si un día se me va la mano puedo desgraciarlo de por vida - "Si eso lo hace felíz ¿qué te cuesta?"

Llamaron a la puerta y ahí estaba el Municipal más guapo que un San Luís con su nuevo uniforme. Traía una órden de registro - ¿Otra? - Si por mí fuera no volvería a pisar ésta casa - "¿Quién es?" - preguntó la abuela desde la cocina - ¡El Municipal! - "¡Ay, Dios mío! Esta vez viene a por mí" y su voz sonaba a lamento - No, señora. Ni lo sueñe. Vengo a lo de siempre aunque ¿no sé para qué? - "¿Seguro que no viene a detenerme?" - Pero, abuela ¿a qué viene esto? - "Es que creo que soy corrupta... ¿Cree usted que saldré en la tele junto a Urdangarín y Matas?" - El Municipal me miró perplejo - ¿De qué habla? - ¡Yo que se! - Un ligero movimiento del vestido me bastó para saber que Pascualita estaba en su escote - Voy a proceder al registro - y se encaminó hacia el cuarto de la abuela - "¡No encontrará nada..." - Me lo imagino - ... "¡Es que no lo compré! Lo siento, lo siento" - ¿Qué es lo que no has comprado? - "El... el billete del tren... Lo cogí en Consell y... no vino el revisor..." - Bueno, pagarías al final para salir por las puertas automáticas... - "¡Sí, hombre! Me bajé en una estación que no las tiene... ¿Quiére un cafelito, señor guardia?" -

El registro duró cinco minutos escasos. Al hombre no se le ocurrió mirar entre las ropas de la abuela. Ella, rastrera, iba tras él lloriqueando y no se daba cuenta de que Pascualita resbalaba en su interior. Por más señas yo le hacía no me prestaba atención. Acabé cogiendo a Pepe y se lo lancé a la cabeza justo en el momento en que se inclinó para coger no sé qué y le dí de lleno al Municipal - ¡Huy! Perdone, es que se me ha escapado Pepe y... - ¡Me voy! Solo me faltaba que una cabeza decapitada tuviera vida propia... Si el Jefe quiere registros que venga él, antes está mi salud que el trabajo - Y se encaminó rápidamente hacia la salida seguido de la abuela que no dejaba de lado su babosa letanía - ¿y una copita de chinchón?... ¿seguro que no me denunciará?... tengo unas pastitas de té de Navidad que aún están buenas ¿quiere una?" -  !Aaahhhggg! ¿Qué es esto? - Pascualita acababa de estamparse contra el suelo y se revolcaba de dolor, parecía una babosa repelente. El Municipal levantó el pie dispuesto a aplastarla y entonces a la abuela se nubló el entendimiento y le dio tal empujón que el pobre rodó el primer tramo de escalera. Aturdido,  preguntó - ¿Por qué? - "Por despreciativo"




lunes, 26 de marzo de 2012

Ya han llegado las moscas. Las he visto con mi ojo bueno ¡Que insectos más pesados!... Estoy pensando que quizás a Pascualita no le importe cambiar de menú: el dulce por las moscas. A los peces les gustan; creo que les gusta todo. A partir de ahora me voy a dedicar a cazarlas y dárselas a la sirena como si fueran un aperitivo. Si la cosa sale bien me ahorraré los euros de los matabichos.

Menuda tarde pasé, sola, dolorida y furiosa. Me dio tiempo a pensar en muchas cosas, esa de las moscas fue una de las brillantes ideas que se me ocurrieron, pero fue después de que arrinconara los sentimientos asesinos que rondaron por mi cabeza durante bastante tiempo. Desde que la sirena vive con nosotras la he salvado multitud de veces de ser descubierta o de morir asfixiada, aplastada, golpeada, y no sé de cuantas cosas más que terminan en ADA. ¿Para qué? me pregunto y al fin y al cabo, su cerebro no sabe lo que es la gratitud, de lo contrario no me vería ahora con el ojo hinchado.

- "¡Un éxito. Ha sido un éxito!... No puedes imaginarte el gentío que había en la manifestación!. Me ha recordado aquella otra en que salimos gritando NO a la guerra. Espero que nos hagan más caso que entonces, se hubiesen salvado muchísimas vidas pero, con tal de salir en la foto, hay personas que son capáces de todo¡Ha sido emocionante. Precioso!... es una lástima que no hayas querido venir..." - ¡Cómo que no he querido...! ¡no me saques de mis casillas que si me exalto el ojo me duele más! - "Cualquier cosa te sirve de excusa... Para rematar el día, el Baleares le ha ganado al Mallorca... Bueno, voy a cambiarme y me iré un rato al Funeral, hay muchas cosas que celebrar" - ¿Y yo qué? - "¿Qué de qué?" - ¿Tengo que quedarme sola otra vez? ¿quién me hará la cena? - "Prueba de hacértela tú, querida" - ¡Si no veo bien! - "Eres la reina de las excusas. ¿Te queda un ojo bueno, no? qué más quieres... y si te sientes sola llama a la Cotilla aunque no se si estará en su casa... jijiji, la he visto en la manifestación acompañada de un payés de muy bien ver ¡y parece tonta!" - Pobre hombre - "No te digo que no pero, hasta que descubra como es nuestra vecina, a ella se lo pasará bomba, cosa que no puedes decir tú" - ¡No empecemos! - "No, si no digo nada, solo que... tu arroz está punto de caducar y yo sin biznietos a los que sacar de paseo" - ¿No te ibas al Funeral? - Un rato después se oyó el taconeo de sus botas y el olor de su perfume la precedió - "¿Estoy guapa? No se para qué lo pregunto. Sé que lo estoy... Te quedas con Pascualita"

 Me acerqué al "acuario". La sirena nadaba lentamente. En ese momento escuché un zumbido. Una mosca estaba en el cristal de la ventana. Mi instinto depredador se activó. Me acerqué lentamente. La mosca era joven, no tendría experiencia en esquivar manos pero me equivoqué, era lista y no se dejó atrapar. Volví a intentarlo una y otra vez pero la puñetera salía volando en el último segundo ¿se estába riendo de mí?. Mis nervios se me desataron. Ya no quería cazar a la mosca, la quería pulverizar y estrellé el puño contra el cristal.


Pascualita, sentada sobre el "acuario", no me quitaba ojo. Cuando el cristal se rompió, llenándome la mano de cortes, la puñetera sirena hizo el signo de OK., luego, rápida como el viento, saltó hacia la mosca que revoloteaba sobre ella y se la comió. Entró limpiamente en el agua, relamiéndose. Me serví una generosa copa de chinchón mientras curaba mis heridas y pensaba que no había en el mundo nadie más desgraciado que yo. Sin darme cuenta mojé un dedo en el licor y dejé que Pascualita lo lamiera... ¡ni más tonta!.




domingo, 25 de marzo de 2012

Tenemos que tener mucho cuidado en no dejar nada dulce al alcance de Pascualita. Se ha vuelto una adicta al azúcar y a todas las cosas ricas que lo llevan. Después del atracón que se pegó en la caja de pastitas de té, ha engordado. No es conveniente que lo haga, entre otras cosas, porque luego no cabe en el termo.

La hemos puesto a régimen riguroso. Se pasa el día en el "acuario" para que haga ejercicio. Como no estaba por la labor a la abuela se le ocurrió la peregrina idea de atar un terrón de azúcar a un córdel y moverlo delante de la sirena instándola a cogerlo. Al principio funcionó y Pascualita quedó agotada de dar vueltas cada vez más deprisa. Satisfecha, la abuela bajó la guardia y dejó que el terrón se mojara. La sirena notó en su paladar su sabor dulce, a pesar de lo salada que está el agua, entonces fue ella la que trazó un plan: empezaría nadando en superficie para, poco a poco, ir bajando hasta llegar al fondo con lo cual a la abuela no le quedaría más remedio que meter el terrón cada vez más adentro. Se fundiría y Pascualita se relamería de gusto.

Cuando nos dimos cuenta de su engaño cambiamos el señuelo. Ahora le ponemos una gambita, de esas que se usan para pescar y al final, dejamos que se la coma. Lo hace pero nos mira con malos ojos y a veces  nos tira un chorrito de agua envenenada.

La Cotilla cogió desprevenida a la abuela cuando aún empleaba el terrón de azúcar. - ¿Se puede saber qué haces? - "¡Eh!... Nada, nada... es que quiero saber cuanto... cuanto tarda el azúcar en fundirse" - Se ve que tens pocas feinas... - Para entonces Pascualita ya se había refugiado en el barco hundido. 

A mediodía hemos ido a por unos pasteles para celebrar, de antemano, el éxito de la manifestación de ésta tarde en la cual Pascualita lucirá una nueva funda en su termo que la abuela le estuvo tejiendo ayer con los colores de la Senyera.

El tapón del termo no estaba enroscado y a la sirena le ha sido muy fácil levantarlo y tirarse de cabeza a una bandeja llena de pasteles de merengue. Ha sido visto y no visto. De repente uno de los pasteles dió un bajón, lo que nos indicó que la sirena había vaciado el interior, en seguida la vimos reptar hacia el de al lado donde repitió la misma operación. Una señora pidió media docena de aquellos pasteles y  no podíamos permitir que se los llevara - "¡Perdone pero son para nosotras!. Los hemos pedido primero" - Imposible porque ustedes han llegado mucho después que yo - Las cuatro personas que iban antes que nosotras lo corroboraron - Nosotros también queremos pasteles de estos, así que tendrán que esperar su turno - "¡Imposible! Es cuestión de vida o muerte..." - ¿Qué diu ara aquesta? - ¡Quina poca vergonya que tenen! - "¡Mi hermano se muere y me ha pedido, como última voluntad, comer uno de estos pasteles para llevarse su sabor a la tumba" - ¡Ay, por Dios! - ¿Qué sera vere aixó?... Déselo... pobre hombre, que ideas tienen algunos ... pentura jo voldré tastar colque cosa mes... picant  en es derré moment jajaja.... - Las risas llenaron la pastelería y aproveché que no me oían para pedir la bandeja entera. Cuando calló el parloteo nosotras salíamos con los últimos pasteles de merengue de quedaban.

Al llegar a casa urgué en todos ellos hasta dar con la golosa compulsiva. La tiré de mala manera al "acuario". Había echado a perder todos los pasteles y mi presupuesto. Me enfrenté a ella y la llamé "sirena asquerosa" porque la rabia me dominaba. La abuela fue a advertirme algo pero llegó tarde. El chorrito de agua acertó de lleno en mi ojo y he tenido que pasarme toda la tarde poniéndome gasas húmedas, tomando analgésicos y acordándome de la madre que la parió. En cambio la abuela y ella se han ido tan panchas a la manifestación. ¡Que vida más perra!

sábado, 24 de marzo de 2012

- "¡¿Dónde está?! ¡No la encuentro! ¡¿Dónde se ha metido?!" - Espera, espera... no sé de qué me hablas...   ¿Has vuelto a perder la cartera? ... mira en el congelador.

Pascualita había desaparecido. No había ni rastro de ella. O sea, que no se veía el rastro húmedo que hubiese debido dejar tras de sí al salir del "acuario", lo que quería decir dos cosas... o tres... bueno, quizás varias. No sé, la cabeza no me da para tanto... O bien seguía dentro del "acuario" bien escondida, o si salió de él lo hizo durante la noche y lo mojado se había secado ya, o se había caído al suelo, o... ¡yo qué se!

La abuela no me ayudaba nada porque estaba hecha un manojo de nervios - Vete a dar una vuelta que aquí, lo único que haces, es estorbar - "¡No puedo irme hasta que la encontremos!... ¿dónde puede haber ido?"" - Al mar. Es lo lógico... claro que, desde aquí, le queda un poco lejos... - Mientras hablábamos saqué el barco hundido, lo sacudí, separé las plantas acuáticas, moví la arena del fondo. Nada.  La abuela interrogó a Pepe pero el siguió con los ojos y la boca cerrados - "Este no sirve para mucho"

Para complicar más las cosas recibimos la visita de la Cotilla - ¡Que mal lo he pasado! He tenido un cólico y he estado toda la noche sentada en el trono... debió sentarme mal la cena - "¿Qué cenaste?" - Unas croquetas que me dió la vecina que me había "invitado" a comer - ¡Que lista es esa mujer! A la primera se ha desecho de usted jajajaja. Abuela, a ver si aprendes jejejeje - La abuela seguía a lo suyo - "Oye, Cotilla ¿no habrás entrado aquí ésta noche?" - No... ¿por qué? - "Ha desaparecido mi broche" - ¡Alabado sea Dios! Por fin dejaremos de ver algo tan feo.

Definitivamente, Pascualita no estaba. Barrimos, movimos muebles, sacudimos cojines, miramos en todos los rincones y... nada. Propuse hacer un alto y tomar un café con leche - Ay, sí, hija. Menos mal que, de vez en cuando, piensas... y una copita de chinchón tampoco vendría mal ¿no? - ¿Pero usted no estaba mala? - La abuela cogió una caja de pastitas de té que habíamos empezado en Navidad y que estaba sobre el aparador, junto a la pecera. Preocupadas como estábamos, no nos dimos cuenta de lo que la Cotilla cogió de la caja hasta que gritó como una posesa. En un santiamén sus labios aumentaron exageradamente. Lo que ella tomó por una pastita era la sirena. Pascualita, reconvertida en una golosa compulsiva, había saltado de la pecera donde la dejamos anoche (y que no recordamos a causa de los nervios) y se había metido en la caja de dulces. Su abultado vientre delataba que se había puesto las botas y solo la sensación de peligro al sentir en sus carnes la presión de los dientes de la Cotilla, la sacaron del sopor en que había caído tras el banquete que se había dado.

La alegría por haberla encontrado hizo que dejáramos bastante descuidada a la pobre Cotilla que no paraba de llorar. Harta de oír sus gritos y aspavientos, la abuela le soltó - "La de novios que van a salirte con esos labios sensuales... ¡Y sin pagar un euro!"

viernes, 23 de marzo de 2012

- ¿Qué hay para comer, abuela? - "Verduras al vapor" - ¿Con qué? - "Con vapor" - ¿No hay nada más? - "Hay que guardar la línea del cuerpo y la de la cartera... que esté gordita, vamos. Es que me voy a Londres y necesito dinero para gastarlo allí jijijiji..." - ¿Y yo que culpa tengo? Necesito comer algo más que unas tristes verduras - "Te quejas de vicio. Nunca estás contenta porque no sabes sacarle el jugo a la vida. No te plantées la cosa como un simple y soso plato de verduras sino como una artística exposición en el que estallan  los colores de la Naturaleza... ¿A qué ya te va pareciendo otra cosa?" - ¡Me tomas por tonta y encima me matas de hambre! - "Eres igual que tu abuelo, no tienes ni pizca de imaginación"

La Cotilla tardó tres segundos en llamar a la puerta. Sin saludarme, pasó directamente al comedor donde la abuela, que estaba poniendo la mesa, acababa de guardarse en el escote a Pascualita. Un escalofrío le recorrió el cuerpo justo cuando la vecina entraba - ¿No me digas que te has enfriado justamamente ahora que te vas a Londres? - ¡Ya lo sabe! - dije mientras la miraba atónita.- Bueno ¿qué? Por fin Andresito ha dado su brazo a torcer... ¿Y qué has tenido que hacer para eso? - ¡Abuela, no digas nada! ¿Por quién te ha tomado esta tía? - "Bueno, tampoco hay que dramatizar... ya dicen que quién algo quiere, algo le cuesta..." - ¡¡¡Abuela!!! - "No, no mal pienses. El derecho a roce lo dejamos para cuando estemos en Londres. No sabes lo pesado que es tener a Torquemada en casa" - ¿No lo dirás por mí? - Hubiéses tenido empleo asegurado en la Censura de Franco - ¿Qué es lo que le has dado a cambio? ¿se puede decir? - "Naturalmente y a tí sobre todo" - ¿Ah, sí? - "Sí, porque le he prometido que saldrás, todos los días que estemos fuera, con su hijo" - Debes estar de bromas porque, ya me dirás que pinto yo en tu viaje. - Pues pintas el que vayamos o no y como quiero ir te toca sacrificarte por la familia, que soy yo. Anda, siéntaté que vamos a comer "colores de la Naturaleza"... ¿Te quedas, Cotilla?" - Creo que me pararé en casa de los del 5º. Olía mejor - ¡Traidora!

Medio adormilada por el sopor de la siesta fui despertada bruscamente por el timbre de la puerta - ¡Será posible que ésta mujer sea tan pesada e inoportuna... Ya voy! - Pero no me encontré con la Cotilla sino con una guardia municipal, muy mona ella, que traía en mano un sobre oficial para la abuela. Se estaba arreglando para ir al Funeral y se había restaurado la cara pintándosela como una puerta. La guardia puso los ojos en blanco como diciendo : ¡Dios mío, lo que hay que ver!.

Al leer el contenido del sobre por poco nos da un patatús. El Municipal había denunciado a la abuela por ¡acoso sexual! y decía que había sido amenazado con ser violado - ¿Pero que dice éste hombre? ¡Está como una cabra! ¡Aquí hay un error como un castillo! - La abuela, cogiéndome del brazo, me hizo callar - "Basta ya... al fin y al cabo lleva razón jejejejeje ... si lo llego a pillar en un rincón a oscuras jejejejejeje lo hago padre..." - ¡¡¡Abuela!!! - "¿Pero es que no lo viste con el uniforme?... Los uniformes son mi perdición - me miró y movió la cabeza lentamente - "¿Lo entiendes?" - No. Un uniforme solo es eso... - "Que sosa eres, hija. Clavadita a tú abuelo... ¡Que cruz, señor!"


jueves, 22 de marzo de 2012

- "¿Qué hago? ¿me llevo el paraguas o no? ¿voy con abrigo o sin él? ¿hago cocido o gazpacho? ¡Me tiene loca esta Primavera!" - Abuela, todas las Primaveras son iguales: locas de atar - "No me vengas con esas ¡ya lo se! Pero ahora se trata de ÉSTA. ¿Qué me pongo para ir esta tarde al Funeral?... Por cierto, estoy preocupada por Pascualita..." - No te preocupes que no se congelará - "No es por eso, boba de Coria. Es que tengo miedo de que se convierta en diabética y todo por culpa tuya ¿A quién se le ocurre encerrarla en el azucarero. Ahora no quiere más que cosas dulces" - ¿También tengo la culpa de eso? Dásela a la Cotilla.  ... ¿crees que un pez puede ser diabético? - "¡Y yo qué se!... pregúntaselo al Médico" - No es veterinario - "Siempre le pones pegas a todo".

Como no le quedó más remedio, la Cotilla llamó al timbre - Que pena no tener una llave, ahora tengo que molestaros para que me abráis - No se preocupe, así hacemos ejercicio - ¡Que cruz tienes con esta nieta!... bueno, a lo que venía ¡Mira que sillita plegable me he comprado en los chinos! - No tiene para pilas y sí para sillitas... je, no está mal la cosa - ¿Por qué no le buscamos un novio y nos deja en paz?... Como sé que tienes una para ir a la playa he pensado que yo no iba a ser menos y así podremos esperar tranquilamente sentadas a que Matas y su escritor de discursos, lleguen a la cárcel.

- No va a ir - ¿Cómo que no? - Si hubiese escuchado radio-calle se hubiése enterado - ¡Eso no puede ser! ¡Me han hecho hacer un gasto que no me puedo permitir! - Si no fuera tan rastrera se lo habría ahorrado aunque... ¡de que iban a vivir los chinos! - ¡Me voy. No la aguanto! ... ¿qué tienes para comer?

Volvieron a llamar a la puerta. Esta vez era el Municipal y cuando la abuela lo vió con el nuevo uniforme lo encontró guapísimo - "¡Oooooohhhhhh, Dios mío! ¡Pero si parece un modelo de alta costura! A ver... dése la vuelta ... ¡oh, que elegante! Parece un guardia de otro País..." - De las Maravillas, ¿no?... Lo que tengo que aguantar - Qué, ¿no se iba? apemié a la Cotilla - Estaba indecisa pero ahora no puedo, tengo que saber para qué viene éste - "Siéntese, hombre, que ésto hay que celebrarlo... ¡cuidado, no vaya a arrugarse el traje!" - El pobre dió un respingo - ¡No me grite que me asusto! - "Vamos  a tomarnos un chinchón a la salud de Mateo..." - ¿Mateo? - dijimos todos a la vez - "El Alcalde... ¿Ha sido idea de él, verdad?" - ¿Y cómo los va a pagar? dijo la Cotilla siempre pensado en lo positivo - "¡Que importa eso ahora! ...Me gusta mucho el uniforme... bueno, tengo que confesarle que a mí, los hombres de uniforme siempre me han vuelto loca, ay... menudo favor le haría si se dejara jejejejeje..." - El Municipal estaba en tensión y lo que acababa de escuchar le dejó lívido. Se levantó poco a poco y emprendió el camino hacia la puerta de la calle caminando de espaldas. No se fiaba de las intenciones malévolas de la abuela. - Por cierto ¿a qué a venido? - preguntó la Cotilla que estaba viendo que se quedaba sin saberlo. Por toda respuesta el hombre dió media vuelta y salió corriendo escaleras abajo. - Qué raro es este tío... ¿Nos quedamos sin brindar? - "No... Por Mateo y los uniformes" - Sí, pero,si  no hay dinero... ¿cómo los va a pagar? - "¿No querías brindar? Pues bebe y calla"

miércoles, 21 de marzo de 2012


Ha llegado la Primavera y en el Firmamento brilla, desde ayer tarde, una nueva estrella, Sobeya. Los suyos la lloran e incluso el cielo se sumó a la pena y mojó las calles. Fue maestra, por eso serán muchos los "hijos" que, al enterarse, sentirán el pellizco de la pena en el corazón y la gratitud del recuerdo del tiempo compartido con ella, aprendiendo de sus lecciones y de su alegría de vivir.

También la Primavera trajo noticias frescas a los periódicos: alguien proclamado hace unos años Honorable y que para nada hizo honor al título, ha sido condenado a seis años de cárcel... de momento.

-¿Has oído la noticia, abuela? - "Sí. Se la estaba contando a Pascualita. Es conveniente que sepa estas cosas porque, si alguna vez vuelve a su hábitat..." - ¡Ya sé , ya sé! ¿Pero tú crees que bajo el mar existe el dinero? - "Hombre, tal como lo entendemos nosotros, no. Pero algo habrá que se puedan llevar calentito los mandamases de los peces" - ¡Por lo menos no tienen bolsillos jajajajaja!. - La Cotilla entró en tromba hasta la cocina y tuve el tiempo justo de meter a Pasculita en el azucarero. - ¡A Matas y a Alemany los van a meter en la cárcel! - Vaya, veo que trae noticias frescas - ¿Ya lo sabíais? - Basta con poner la radio - Claro, pero como no tengo dinero para derrocharlo comprando pilas, tengo que enterarme de las cosas por radio-calle - ¡Ya estamos llorando por las esquinas! Por cierto...¡La llave! - A tu nieta no se le escapa una... ¿Tengo que dársela?... es que el hijo de mi primo se ha quedado sin trabajo. Han cerrado la ferretería y creo que van a montar un comercio chino en el local... - Mi mano extendida no dejaba lugar a dudas y aunque a regañadientes, puso a llave en  ella.

Por supuesto se quedó a comer y todo el tiempo estuvimos hablando de lo mismo - "Tengo curiosidad por ver si Alemany se mostrará tan risueño y campechano, repartiendo sonrisas y saludos a diestro y siniestro, cuando entre en la cárcel" - Seguro. Cuando una persona se cree por encima del resto de los  mortales debe costarle mucho cambiar de actitud - "¿Y Matas que dirá cuando le manden hacer algún trabajo allí dentro?" - ¡Hágase! y se lo endosará al que tenga más a mano jejejejeje... Hay costumbres difíciles de perder. - "A mí me da lo mismo que lo encierren o no. Buen calvario debe haber pasado estos años que le habrá servido ya de condena. Lo principal es que devuelva todos los euros que se llevó y con intereses" - ¡Eso! como te hacen los bancos cuando te demoras en el pago. - Al terminar de comer pasamos a la salita a tomar el café y ver la novela. Entre tanta cháchara me había olvidado de la sirena. La primera en servirse el azúcar fue, como no, la Cotilla. Al meter la cuchara en el azucarero debió golpear a Pascualita que salió disparada de allí dentro para caer en su taza. La puso perdida. - ¡Aaaahhh! ¿Qué es esto? ¡Me he quemado! - Rápida como el rayo cambié su taza por la mía y me la lleve a la cocina. Pascualita estaba en pie de guerra. Se había golpeado en la cabeza y quemado con el café recién hecho. Sin pensar en las consecuencias la puse bajo el grifo para limpiarla y untarla de aceite de oliva mientras me mordía la mano con ensañamiento. Aún no me explico por qué no la extrangulé.

martes, 20 de marzo de 2012

- ¿Pero, abuela, aún sigues con agujetas? - Cuando me he ido a trabajar aún estaba en la cama, cosa rara en ella que se levanta con las gallinas. - "¿Quién se acuerda ya de las agujetas?... pero no tengo ningunas ganas de moverme. Aquí me siento protegida" - ¿De qué? - "Tráe a Pascualita y a Pepe a mi cuarto para que me hagan compañia. No quiero estar sola... ¿Es necesario que vayas hoy a trabajar?" - Claro, sobre todo si quiero conservar mi empleo y cobrar a fin de mes... ¿Ha pasado algo? - "Ayer mataron a unos niños" - Ah, sí... pero fue en Francia - "¡Que más da que sea en Francia o en la Conchinchina! Son generaciones que se han perdido..." - ¡Uf, abuela! que filosófica estás de buena mañana - "Y arrepentida de tomarme a cachondeo los comentarios de un hombre al que empezaba a fallarle la cabeza"  - Bueno, tienes toda la mañana para pensar, salvo el rato que le dedicas a la compra y la comida. Acuérdate.

Volví a casa creyendo que tendría que hacerme un bocadillo pero no, la abuela había hecho un delicioso estofado cuyo olor aromatizaba la escalera, la prueba de ello fue que, a su hora habitual, la Cotilla se presentó en casa con su típico ¡Que bien huele!

La abuela no quiso que pusiera a tele. Solemos hacerlo por inercia porque ni la miramos ni la escuchamos, salvo en cuestiones puntuales. La Cotilla estaba mosca - ¿Por qué no? Me gustaría saber cómo está la prima de riesgo - A esa mejor ni mentarla... Quizás han pillado ya al de los disparos - "No lo creo pero, ojalá" - ¿Quién es ese?... Ah, el francés. No, no lo han cogido... Parece que te ha afectado mucho la noticia. Afortunadamente esos pobres niños no eran españoles - "¡Mira que eres bestia!... Estaban tirando el Muro y todos reíamos y bailábamos menos un amigo que miraba muy serio el televior "No me gusta, no me gusta" - decía - Si dejan que éstos se vuelvan a unir, en pocos años serán los más fuertes y pueden volver a montar otro desastre, el tercero... Nos reímos de él y no debimos hacerlo porque sabía de qué hablaba, había sufrido en sus carnes el horror que se abatió sobre Europa y ahora..., bueno, hace ya un tiempo, suenan en mi cabeza el ruído de miles de botas marcando el paso de la oca" - ¡Jesús, cómo estás! Venga, no digas más tonterías... ¿sabes lo que te hace falta? echar unas canas al aire... Compra un paquete de viagra y vete con Andresito a pasar el fin de semana aunque sea a una celda de Lluch...Y tú, saca el chinchón y las cartas que hay que levantarle el ánimo a tu abuela - Pero jugamos con garbanzos, nada de dinero que sé que hace trampas y me cabreo - ¿Me llamas tramposa? ¿Oyes a tu nieta? Si no fuera por "brrertwr" (no entendí nada porque había bajado la voz pero creo que dijo "no estar sola") me iría ahora mismo - Pero no se fue. La abuela, dos copas después, se puso a Pascualita en plan broche diciendo que le daba buena suerte y la Cotilla, cuatro copas más tarde, le daba besos en la boca al pobre Pepe mientras no paraba de felicitarlo por su santo.

Acabamos achispadas y muertas de risa sin embargo a mí me quedó un punto de sabor amargo en la boca que no me lo quitó ni el sobresalto de ver a Pascualita haciendo el signo de OK delante de las narices de la Cotilla que, afortunadamente, no lo vio.

lunes, 19 de marzo de 2012

Puede que alguien piense (o no) que soy una egoísta cuando le digo a la abuela que no se queje tanto y haga la comida (la mía, por lo menos) pero es que, como dice el refrán, antes está la obligación que la devoción. Si sabía que al día siguiente de la Cursa iba a estar hecha una braga, que no la hubiese corrido (si se puede decir "correr" a lo que hicieron la Cotilla y ella) Cuando le he dicho esto me ha tirado a Pepe a la cabeza a pesar de lo dolorido que tiene el cuerpo.

Al llegar de trabajar no había comida, ni una simple tortilla de espárragos trigueros con gambas - ¿Pero es que no has hecho nada? - "Ay... ay..." - ¿Qué hay? - "¿Cómo?" - Que qué es lo que hay: lentejas, sopa... - "¡Vete a hacer puñetas!... Ay, ay, ay... Como no te hagas un bocata no sé que vas a comer ... ay ... Tan mayor como eres y tan... ay, ay... inútil" - Encima me he ganado una bronca. Como no se le vayan pronto las agujetas voy a pasar más hambre que el perro de un ciego. Para acabar de arreglarlo a venido a vernos la otra lisiada. Esta vez no ha entrado en tromba en casa. Venía arrastrando los pies y quejándose a cada movimiento. Llevaba el Diario bajo el brazo.

 - No hemos salido. Ni una triste foto.- "Con lo glamurosas que íbamos...ay, ay... ¿Estás segura?... vuelve a mirar". -  ¿En quién tendría puestos los ojos el fotógrafo? - "Vete tú a saber" - En los ganadores - "¡Que poco originales!... ay, ay... sacan a unos tíos sudados, en pantalón corto y levantando los brazos para orear los sobacos... ay ... en cambio nosotras íbamos conjuntadas..." - Sí, os faltaron los tacones altos - "¡Ya nos lo podrías haber dicho ayer!" - Encima es de espoleta retardada. Tu nieta no tiene arreglo - " Y no sudamos porque somos unas señoras" - Y porque, menos correr, hicísteis de todo. Trampas mismamente - ¿Cómo puedes decir que no corrimos si tenemos agujetas hasta en las pestañas? - ""Tampoco hablan de nosotras" - Ni mencionarnos aunque sea de refilón ay... ay... - "Tanto sufrimiento para nada... ay... La próxima vez  pegaremos notas en los carteles de la Cursa, anunciando nuestra presencia" - De todas maneras el año que viene no tenemos que "enseñar" tanto - "¿Pues no decía aquel modisto que la arruga es bella?" - Sí, pero me temo que las tuyas son muchas y excesivas - "¡¿Perdón?!... te recuerdo que solo nos separan 24 horas" - Ya, pero ¿qué quieres que te diga?... ay... la diferencia se nota - La mirada que le dedicó la abuela es de las que matan. Renqueante, se acercó a la bañera rosa y metió la mano en el agua buscando a Pascualita (me temo que para tirársela a la cara)  que, después del batacazo que se llevó durante la carrera, huye de ella como de la peste. La pobre se había escondido entre los restos del barco hundido, allí donde no llegaban los dedos de la abuela. La Cotilla creyó que buscaba consuelo en el frescor del agua e hizo lo mismo. Una sonrisa maliciosa se dibujó en el rostro cansado de la abuela y un destello de maldad brilló en uno de los colmillos de su dentadura postiza. Iba a ser vengada de un momento a otro por su amiga la sirena. Pero fue ella la que salió ahúllando y saltando como una posesa cuando Pascualita, rencorosa, clavó sus dientecitos en la mano de la que, según su criterio, dejó que ayer se estampara contra la tierra del parterre y del que se llevó como recuerdo, un chichón en la frente que la afeaba aún más si cabe. - ¿A qué vienen estos saltos? ¿No tenías agujetas? - Excusas para no hacerme la comida.

domingo, 18 de marzo de 2012

Hemos ido a correr la Cursa. No me lo podía creer cuando he visto a la abuela con zapatillas de deporte, pantalones de ciclista, camiseta sin mangas y una banda de toalla en la cabeza para detener el sudor. - ¿De qué te has disfrazado?  - "De nada, inculta. Voy a correr la carrera que sale enfrente de la Catedral" - Te vas a constipar - "¡Déjate de tonterías! Hacer deporte es muy sano" - ¿Y cuándo haces tú deporte? - "Pues, por ejemplo, esta mañana" - ¿Y la próxima vez que lo hagas será el año que viene? - "¡Será cuando me dé la gana!"

 Un ratito después ha venido la Cotilla y parecía una copia de mi abuela - ¿Esta también va a correr? Esperad un momento que vengo con vosotras y os sacaré fotos cuando estéis en la UCI móvil.- Tu nieta, siempre tan simpática.

Si por un momento pensé que iríamos solas, me equivoqué totalmente porque Pascualita y Pepe también vinieron. La sirena en el termo y la cabeza, en plan colgante del cuello de la Cotilla. Antes de salir de casa ya les había echo un montón de fotos a las dos mises.

Fueron a por sus dorsales pero no se metiron en el mogollón de corredores que aguardaba la salida. Se fueron hasta la mitad del recorrido a esperar que pasaran los primeros atletas y se incorporaron a la carrera con toda su cara dura. Al poco rato ya formaban parte del pelotón de los torpes. Se paraban a criticar a unos y otras, o saludaban a conocidos y pegaban la hebra un ratito. En un corto tramo en que les dió por competir, la abuela dió un traspiés que por poco la manda al suelo pero no pudo evitar que Pascualita saliera despedida. Menos mal que cayó en el seto y la hierba amortiguó el golpe pero la abuela detuvo la carrera hasta que dió con ella. - "¡No señor, no se pasa! Tengo que encontrar a Pascualita ¡Ayúdame a encontrarla en lugar de gritar, imbécil" -   No ganaron, pero tampoco fueron las últimas porque, nuevamente, hicieron trampa acortando muchísimo el recorrido. Y disfrutaron como niñas cuando, del brazo, entraron en la recta final y la gente las aplaudía mientras ellas tiraban besos a diestro y siniestro

La tarde la han pasado entre friegas de lilimento, agua con azúcar y ayes lastimosos. Las agujetas las tienen inmovilizadas. - No puedo entender el cariño que le tienes a esa cosa asquerosa que siempre llevas encima. A mi me da repelús - "No te preocupes de eso ahora que bastante tenemos con los dolores... ¿Y dices que con todos estos potingues se nos pasará?" - me dijo -  Espero que sí porque sino ¿a ver quién cocinará mañana? - Que egoísta es tu nieta... ¿A quién sale? - "A su abuelo... ¿No nos iría mejor con una copita de chinchón?" - me dijo -  No creo - "Pues yo creo que sí... anda, saca tres copitas y dale una gota a quien tú sabes" - me dijo mientras guiñaba un ojo - ¿A quién, a quién? - "Bebe y calla, Cotilla"

sábado, 17 de marzo de 2012

- "Creo que no me va a bastar el tiempo si quiero acudir a todas las manifestaciones y concentraciones que van a celebrarse antes de la Huelga General. ¡Jesús, que estrés!" - No es necesario que vayas a todas, solamente a las que consideres más interesantes para tí - "Interesantes son todas porque encierran reivindicaciones diferentes pero solo iré a las que hagan el recorrido más largo por las calles de Palma" - Si es en plan penitencia espérate a Semana Santa y desfila descalza. La procesión del Jueves Santo es larguísima - "¡No sea burra, mujer!... si las elijo largas es porque la médica me ha recomendado caminar mucho y he pensado que así mataba dos pájaros de un tiro: acudo a la manifestación y regulo mi colesterol" - Tu siempre tan ahorrativa y aprovechada.

Después de comer estaba disfrutando de la modorra cuando la voz airada de la abuela me ha devuelto a la realidad - "¿Dónde está la escritura de la casa?" - Me ha parecido que me hablaba en arameo. Soy de las de espoleta retardada y necesito mi tiempo para volver a situar las neuronas en tiempo presente y real - "¡La necesito!" - Acto seguido la cabeza de Pepe y la mía han chocado. Me parecía imposible que hubiera ocurrido algo así, luego me he dado cuenta de que la abuela me la ha tirado a mala leche - "¡Despiértate de una vez!" - ¿A qué sacas ahora a  relucir la escritura? - "¡A mí nadie me llama mentirosa y menos si puedo demostrar que lo que digo es verdad!" - ¿Qué ha pasado? - "Tengo que llevármela al Funeral porque Tinita Pol ha dado a entender que la casa no es mía" - ¿Y qué más te da? - "¡Tienes la sangre de horchata! ¿No te das cuenta de que me ha ofendido?... ¡Y a tí también!... Si digo que es mía no tiene que venir nadie y menos esa grulla desplumada que le tiene echado un ojo a mi Andresito, a decir lo contrario" - ¿Le tira los tejos a tú novio? Tendrás que rajarla jajajajaja... - "No me des ideas... ¿Dónde está?" - ¿Quién? - "¡¡¡La escritura, alma de cántaro!!!" - ¡y yo que sé! - Se pasó media tarde remugando hasta que me cansé de oírla y le aconsejé que se pusiera de tiros largos, fuese a ver a su amor y se dejase de demostraciones a quién no las merecía.

Volvió felíz. - "Ya ves, siempre pensé que eras tonta y al final resulta que me has dado un buen consejo. Los ojos le han hecho chirivitas a Andresito cuando me ha visto llegar. Sabes que cuando quiero, a elegante no me gana nadie y me he puesto toda la artillería encima por si tenía que contraatacar a la Tinita Pol esa pero no ha hecho falta, entre ella y yo no hay color jajajajajaja. He hecho un despliegue de mis armas de mujer y pronto he tenido una corte de pavos reales intentando llevarme a su huerto ¿Y crees que alguien miraba a la Pol? Pues ya te digo de antemano que no. ¡Tienes una abuela que no te la mereces!" - Cuando le da por pavonearse se puede tirar una hora hechándose flores. Cuando me cansé de oírla saqué la botella de chinchón y la puse  sobre la mesa del comedor junto a la pecera. En seguida Pascualita se subió en su borde para hacer "vida familiar" (como dice la abuela). Poco a poco conseguí llamar su atención - "¿Se celebra algo?" - Llené dos copitas, le dí una y puse un dedo mojado en chichón en la boca de la sirena que no dudó en lamerlocon fruición (para mí que está alcoholizada, la pobre), después alcé la copa y brindé - Porque, afortunadamente, al no encontrar la escritura, no has quedado en ridículo ya que en ella pone que la casa ... ¡es mía! - "¡Ostras! tienes razón. La hipoteca la pagas tú jajajaja.

viernes, 16 de marzo de 2012

- "¡Ooooohhhhh... que pena!" - ¿Qué pasa? - "Pues que, justo ahora que el pobre Blas se ha tenido que ir a Alaska a trabajar, sale una oferta que quizás le interesaría... Le escribiré y le diré que se venga para acá" - No creo que pueda, recuerda que tiene un contrato - "Ya. Pero es que donde está no puede subir de categoría, en cambio en éste sí ¡y mucho!" - Pues sí que es una pena que no esté aquí ... ¿y es una cosa segura? - "Segurísima aunque tiene el inconveniente de que hay que estudiar un poco" - ¿Y crees que a Blas le gusta? - "No lo sé pero quién algo quiere, algo le cuesta" - Bueno, cuéntaselo y que opine él.

Justo cuando poníamos la comida en la mesa entró como una tromba, la Cotilla. Sin decir ni mú, dejó la llave a mi lado, cogió una silla y se sentó con nosotras - ¡Que bien huele! ¿Qué es? - "Potage de garbanzos con bacalao" - Pónme un buen plato que traigo mucha hambre - Nunca he visto mayor caradura y todo porque la abuela la tiene muy malcriada, se lo consiente todo con la excusa de que le da pena pero no se preocupa por la úlcera de mi estómago que crece cada vez que la vecina se sale con la suya y tengo que tenerla delante mientras comemos. Y encima es más rápida que yo, por eso se ha comido el único plátano que quedaba en el frutero - ¡Oiga, que es para mí! - No seas egoísta con una pobre vieja ...  puedes comerte una naranja - ¡A mí me gusta el plátano, leñe!

Al entrar en el comedor con la cafetera por poco me la tiro encima cuando he visto a la abuela con Pascualita en las manos y acariciándole el lomo. Otro tanto hacía la Cotilla con Pepe (solo que a éste le acariciaba la cabeza, claro) Al verme la cara, la abuela se ha apresurado a explicarse - "Es un nuevo método de relajación el tener una mascota entre las manos, o algo a lo que le tengas cariño y acariciarlo lentamente mientras hablas de lo que quieras. Es mano de santo" - Un día la estrangularé - "Siento que no puedas probarlo porque ya no hay más mascotas" - ¡Hasta eso me quita la Cotilla! - ¿Y a usted no le da asco acariciar la cabeza de un muerto? - Más asco me da el bicho que tiene tu abuela. Nunca he visto nada tan feo - Será porque no se mira al espejo - "¡Tengamos la fiesta en paz!... Hablábamos de Blas y la nueva oferta de trabajo" - ¡Ay, sí. Estaría guapísimo con alzacuello porque, a pesar de sus años, está de buen ver - ¿El trabajo es de cura? - "¿No te habías enterado? ¡Es que nunca me escuchas! ¿No te he dicho que pueden subir de categoría? ¡Podría llegar a Papa!... Imagínate a Pascualita nadando en aquellas hermosas y antiguas pilas de agua bendita del Vaticano..." - ¿Quién es Pascualita? - "¿Eh?... ejem... No la conoces. Déjalo" - ¿Queréis que Blas se haga cura? - "Es un trabajo seguro" - Con una paga que no está mal - "Con posibilidad de ascensos... lo que no sé es si los trajes de obispo, cardenal y Papa se los paga cada uno o los paga la empresa" - ¿Y la vocación? porque si no la tiene, no hay cura que valga - ¿Vocación?... eso no viene en el anuncio ...¿no? - "Juraría que no" - Sabes ¿qué, abuela? mejor que  no le digas nada a Blas, que tal vez ya se esté aclimantando a Alaska y le pones en un compromiso - "Sí, puede ... ¡Pues ya me había hecho a la idea de tener un amigo Papa! - Anda, toma una copita de chinchón y brindemos por las ilusiones rotas jajajaja...

jueves, 15 de marzo de 2012

La abuela se ha resfriado y se pasa el día entre tisanas y váhos. Pascualita se esconde en el último rincón del barco hundido cuando la ve porque ya la ha obligado a  soportar esos calores. Dice que, además de abrir las vías respiratorias, también abre los poros y cree que a la sirena le hace falta una limpieza de cútis. Se la tuve que quitar de entre las manos porque la pobre estaba medio asfixiada. ¡Que cabezona es! trata a Pascualita como si fuera una persona. No le entra en la cabeza que es un pez... o algo así.

Con estos días de calor la abuela ha bajado la guardia y va en manga corta, tanto en casa como en la calle y en ambos sitios las temperaturas son distintas. Luego, por la tarde, se echa la siesta en el sofá tapada con una manta hasta la barbilla. Total, que está todo el día quitando y poniéndose ropa y el resultado ha sido un fuerte constipado. Ahora se ha dado cuenta de que todos sus desvelos previniéndose de coger posibles enfermedades, no ha servido para nada y se lamenta - "¡Voy a ser un número más en las lista de espera. No me harán ni caso!" - Toda esta comedia es para no ir a la consulta. Tiene miedo de contagiarse de los demás pacientes "¡Hay muchos virus sueltos por allí!" - Sobre todo, los que tu aportes porque no dejas de toser. Vete al médico a que te recete un buen jarabe que acabarás sacando los pulmones por la boca - "¡Me harán pagar el repago!" - Todavía no. Aprovecha.

Por fin accedió y la acompañé. Al salir juraba en arameo. Tenía que hacerse análisis ¡de sangre! - "¡Vampiros! A mi edad no pueden hacerme esto..." - ¿Cuántos años se supone que tienes? - " ¡Y a tí que te importa!" - Pero si solo es un pinchacito, mujer, jajajaja... Huy, ¡que miedosa! - "¡Hoy vas a comer pan con aceite!... ¿y lo de la orina...?" - ¿Qué pasa con eso? - "Pues que es algo muy íntimo y no se la puedo enseñar a cualquiera" - A cualquiera, no. A una enfermera ... o enfermero -"Ah, no. ¡Eso sí que no! Hay cosas que no se le enseñan a un desconocido ¡Por ahí no paso! - Pero pasó y el día que debía volver al médico para saber los resultados me dijo, muy seria, que no quería que la acompañara. Perpleja, pregunté por qué - "Me robas protagonismo... y la enferma ¡soy yo!" - Me tiré un rato riendo mientras ella salía de casa como un velero con las velas desplegadas llevando a Pascualita en el termo.

Al volver no estaba tan ufana - ¿Qué ha pasado? - "Se ha enfadado porque he ido sola y podría marearme" - ¿Le has dicho por qué? - "Sí. Porque no tengo a nadie ..". - ¡Tendrás cara! - "Cuando me ha dicho que me quitara el jersey porque quería oscultarme, no me he acordado del termo y ha habido agua por todo" - ¿Y Pascualita? - "Se ha dado un buen batacazo contra el suelo. La médica ha estado a punto de aplastarla con el pie pensando que era un bicho repelente pero, aunque se ha extrañado, no lo ha hecho cuando le he dicho que eso tan feo era mi única amiga, mi amuleto de la suerte" - ¿Lo habrás dicho llorando? - "¡Por supuesto!" - Resumiendo ¿qué te ha dicho la médica? - ¡"Que no fume tanto. jajajajaja"! - ¡Pero si no fumas! - "Ya lo sé, pero me ha hecho ilusión y no he querido defraudarla" - ¡Que bruja eres!














miércoles, 14 de marzo de 2012

- "¡Ay, ay, ay... a este paso no veré Londres como no sea en película" - ¿Ya no hay viaje? - "¿Cómo vamos a irnos si estamos endeudados hasta más arriba de las cejas?" - ¿Qué habéis hecho? - "Que yo sepa, nada, pero si los que mandan dicen que Europa quiere más, hay que dárselo aunque no lo tengamos ¿y de dónde saldrán los cuartos para calmar al Monstruo? de los españolitos de a pie, no de los que los que van en coche, ya me entiendes... En el cuento del Sastrecillo Valiente los Gigantes (en este caso los que mandan de verdad, no el Presidente que tal y como están las cosas, incluso podría ser virtual) pedían comida en cantidades industriales hasta acabar con todo, después pidieron animales, luego personas. En el pueblo decidieron buscar a alguien que acabara con los insaciables tragones y encontraron al Sastrecillo que, aunque de lo que presumía era de haber matado a siete moscas de un solo golpe, al final resultó ser el héroe que acabó con la difícil situación que amenazaba con exterminar al pueblo entero. Y yo digo ¿¡Dónde está el Sastrecillo que nos salve!?"

- ¿Qué te ha hecho la desgraciada de tu nieta? - la Cotilla entró como un ciclón en casa y depositó una nueva llave en la palma de mi mano. Ya ni discutimos por eso - Vais a recibir una visita... es un poco inquietante pero necesaria - "¿?" - He sido yo quien le ha pedido que venga... Es  un exorcista - ¡Venga, ya, loca! - La Cotilla pasó de mí como si no existiera - Es conveniente que alguien límpie esta casa - "¡Oye, que la tengo como los chorros del oro!" - Me refiero a una limpieza de espíritus, fantasmas o almas en pena... Esta casa está llena y tienen muy mala uva. Yo misma he sido víctima de ellos más de una vez ... y vosotras... así que he decidido ayudaros a eliminarlos - ¿Y no tiene nada que hacer en su casa en lugar de meterse en la ajena? - Necesitáis ayuda como el comer... por cierto ¿qué vas a hacer hoy? - Sonó el timbre de la puerta - ¡Es él! - Mientras yo iba a abrir seguida de cerca por la Cotilla, la abuela aprovechó para meter a Pascualita en el termo y colgárselo del cuello - El aspecto del hombrecillo vestido de negro me ponía los pelos de punta.

Un rato después de que el exosrcista se paseara por las habitaciones rezando letanías y dejándolo todo mojado de agua bendita, se giró hacia la abuela y a bocajarro, le preguntó - ¿Qué lleva ahí? - señalando el termo. Con los ojos abiertos como platos, consecuencia de su estado de nervios, dijo - "El dinero de la compra" - ¡Uf, menos mal - Estupendo, así podrá darme la Voluntad - "¿A qué se refiere?" - Nada es del todo gratis, señora y mi trabajo me ha costado echar a tanto espíritu como había en esta casa ... estaba llena. ¿Se da cuenta? he dicho "estaba"  - "Sí, sí. Le he oído... Cotilla, dale la Voluntad al señor" - ¿Perdón?... ¿qué yo le dé...? - "Lo contrataste tú ¿no?" - Pero para tú casa - "Yo no puedo darle nada..., ni siquiera puedo ir a Londres" - ¡No te hagas la miserable! - ¡Que alguien me pague el trabajo o hago que vuelvan los espíritus! - La abuela abrió el termo mientras la Cotilla y yo nos enzarzábamos en una fuerte discusión por lo que no pudo ver como la sirena saltaba a la naríz del hombrecillo e hincaba los dientes a placer. Cuando los gritos atronaron la finca Pascualita ya estaba otra vez a buen recaudo en el termo. - ¡"Lo siento, amigo, no puedo pagar por un trabajo mal hecho. Como ve, no ha echado a todos los fantasmas!"

martes, 13 de marzo de 2012

Para ser martes y 13 el día viene divertido. La abuela está de buen humor porque tiene casi convencido a Andresito para el vieje a Londres. En previsión de lo que pueda pasar, ha aprovechado el solecito y se ha dado una vuelta por los puestos de ropa de Pere Garau. Ha venido cargada - Tendrás que comprarte otra maleta si piensas llevarte todo esto - Por supuesto, para ella, todo son gangas. -. También te convendría estudiar  inglés (dice que lo tiene "algo" olvidado aunque yo creo que si le dicen "yes" no sabe de que le hablan) e ir haciéndote a la idea de que allí se circula por la izquierda... "¿Y?" - que hay que tener mucho cuidado cuando se baja una acera porque los coches te atacan por la retaguardia - "No conseguirás meterme el miedo en el cuerpo"

La Cotilla, después de llamar a la puerta (¿?) ha entrado hasta la cocina - ¿Qué es lo que huele tan bien? - ¡Abuela! no la invites que me da la comida y luego hago una mala digestión - A esta nieta tuya no la casarás nunca ¡Qué cruz te ha mandado Dios!... Debes haber pecado mucho en el pasado jejeje... - ¡¿Lo ves?! Ya empieza - "Tengo albóndigas con tomate y sí, pequé mucho de jóven, si es que se le puede llamar así a pasárselo bomba y ¿sabes qué te digo? ¡que me quiten lo bailao!" - Ya, pero en el pecado llevas la penitencia, o sea, a ésta jijiji... Me gusta el menú que tienes. No os molestéis que ya pondré yo la mesa.

Pascualita no estaba dispuesta a quedarse escondida y de un salto se subió al borde del "acuario". Por poco me da un síncope porque la Cotilla estaba a mi lado. Rápidamente metí a la sirena en el frutero - Me ha parecido que se ha movido algo - Será que le hace efecto el chinchón - Si aún no he tomado... Eres rara ¿eh?-

Durante la comida las dos amigas han comentado el caso del hombre-estatua que se disfrazó de cajero automático y consiguió que le metieran dinero. - "Es una injusticia que metan a un artista del disfráz como este en la cárcel, tendrían que darle un premio y un vale para ir al oculista a los que metieron el dinero" - Se me podría haber ocurrido a mí esa idea y ahora tendría dinerito fresco en el bolsillo - Y un tobillo roto de la patada de un cliente... No es mala idea - Tu nieta es una terrorista - "Creo que me voy a Londres" - Decir "creo" es como no decir nada, guapa. No te hagas ilusiones que tienes más años que Matusalem ... ¡Eh! ¡No me quites el plato! - A la hora del café la abuela y yo nos servimos una copita de chinchón - ¿Y yo?... ¿Esto qué es? No es café - "No, querida. Es té" - La abuela ha empezado a hablar como las inglesas de las películas de época - ¡Yo quiero café! No me gusta este brebaje... ¡Aaaaayyyyy! ¡Mi ojo! - Pascualita cada vez escupe con mejor puntería.


lunes, 12 de marzo de 2012

- Hola, abuela - "Tengo que pelar las patatas" - ¿Falta mucho para comer? - "Se me ha terminado el pintalabios" - ¿Estás bien? - "A Pascualita hay que buscarle un novio aunque luego se lo coma" - ¡¡¡Abuela!!! - "¿Qué pasa?... " - Eso digo yo, te pregunto una cosa y me sales por peteneras - " Ahora está de moda hacerse el sordo" - No sé qué me dices - "¡Ahí, ahí!. Ese es el espíritu de la sociedad actúal. Un diálogo de sordos o de besugos, como quieras." - ¿A qué viene eso? - "Pues que sale la gente a las calles, enfadados por  los Recortes, la Reforma Laboral y muchas cosas más ¡que no hay dinero, vaya!  a muchos ya no les queda ni cinturón para hacerle más agujeros ¿Y qué ha hecho el Ayuntamiento de Palma? Liarse la manta a la cabeza y vestir a los policías como si fuesen los Hombres de Harrelson. Guapos sí que están. Y glamurosos. Ya estoy deseando ver al Municipal de estreno, por cierto, me han dicho que vuelve a estar arrestado. - ¿Y cómo han pagado los trajes? - "¡Ah. Milagro!... porque de dónde no hay, no se puede sacar... o hay más de lo que se dice y no se cuenta ... o les ha tocado la Primitiva ¡Yo qué se!" - ¿No le habrás dado un tiento al chinchón, verdad? - "No. Aunque ganas no me faltan... Creo que iré a ver a Mateo para que me explique cómo lo ha hecho" - ¿Mateo? - "El Alcalde".

La Cotilla entró en tromba hasta la cocina e inmediatamente alargué la mano para que me diera la enésima copia de la llave de casa. O se toman las cosas con paciencia o la tiro por el balcón. - ¡Os ha llegado una carta de Blas! dice que está todo el día muerto de frío y echa de menos el chinchón... ¡Pero bueno, menudos modales tiene tú nieta! - Le arranqué la carta de las manos - ¡¿No sabe que el correo es sagrado, tía Cotilla?!.
- "Es una pena que Blas no sea más jóven..." - ¿Para juntarla con ésta? pobrecillo - "Para entrar de guardia municipal. El traje le sentaría como un guante porque tiene buena percha" - ¿Ya le habías echado el ojo para tí, eh?... Yo también he tenido algunos sueños eróticos a costa suya jejeje - ¡Puag! pobre hombre. Mejor se queda en Alaska y no se entera de eso - ¡Oye, que el soñar es libre y una aún está de buen ver! -   Abuela, ¿no tenemos un espejo arrinconado que no nos sirve para nada? Regálaselo. Eso sí, cuando se mire hágalo poco a poco porque puede llevarse un susto de muerte jajajaja... - "¿A qué es graciosa mi nieta cuando quiere?" - ¡Lo que és, me lo callo porque es muy fuerte! - No era el día de la Cotilla. Para empezar estaba junto a la bañera rosa y gritaba como una energúmena a mi abuela, apuntándola con el dedo índice y ahí fue dónde se agarró e hincó los dientes Pascualita después de saltar, cual tiburón blanco en busca de su presa y volver rápidamente al agua escondiéndose de su "travesura" entre los restos del barco hundido.

Media hora después de dejar de gritar y saltar de dolor, la Cotilla daba buena cuenta de unas copitas de chinchón y miraba biquiabierta su dedo - Tendría que pesar cien kilos, por lo menos, para tenerlos todos tan gruesos como éste.

domingo, 11 de marzo de 2012

- "Tráeme una aspirina que me va a estallar la cabeza" - ¿Te has constipado? - "No. Llevo una hora dándole vueltas a una cuenta y no me sale... ¡es que no me sale!" - ¿Han vuelto a subir los precios de la compra? - "¿Eh?... No, no. He  leído en el Diario del jueves un reportaje sobre March, ya sabes, el de la Banca... por cierto ¡vaya pájaro! Dicen que una buena capa todo lo tapa y éste la tenía de oro... Hoy se conmemora el 50 aniversario de su muerte" - ¿Y eso que tiene qué ver con tu dolor de cabeza? - " Que de 1952 a 2012 van... espera, espera... 62..., 72 ...¡A mí me salen 60!" - Pues sí. .. Ah, mira, en el Diario del viernes han puesto 1962. Debe ser eso - "¿1962? Debe ser, porque así, sí que me cuadra... Uf, le daré un poquito de pastilla a Pascualita que también se ha mareado con el lío que me he hecho cuando le leía la noticia. Fíjate que me ha sacado los dientes y todo"

A media mañana ha venido el Municipal. Se ha excusado por importunarnos otra vez pero ya sabemos que no es culpa suya y la abuela le ha invitado a café. No estaba cómodo mientras se lo tomaba con nosotras.  Sentado en el borde de la silla, ni siquiera a parpadeado cuando se ha quemado la lengua - Vengo por lo de siempre... ejem... Como el Jefe ha sido mordido - "¿Mordido? jejejejeje... No, no. El metió la mano sin ningún miramiento, todo hay que decirlo, en el bolsillo de mi nieta ..." - Pero lleva un mordisco en un dedo... - "¡Ah, eso! Se pilló con una ratonera." - ¿Qué me dice?... ¿Y la llevaba en el... - "En el bolsillo, sí señor. Ya sé que no es lugar para ello pero la pobre tiene pocas luces (¡vaya!) - ¿Y para qué la quería? - "Para cazar ratones" - ¿Así que en esta casa hay ratones? - "¡Aquí! ni uno" - ¿Entonces? - "¿Hay que tenerlos para tener ratonera?" - ... Es lo más lógico... Ejem... por cierto... tengo que hacer un registro - "Como ya sabe el camino puede ir solo... Espere un  momento ¿Está todo recogido (se dirijía a mí)" - Creo que no. Ahora voy - ¡Eh, eh, eh!. No se puede tocar nada sin que yo esté delante - "No querrá ver su ropa sucia. La tira por todo y tiene su cuarto hecho una leonera (¡como me está poniendo!)" - Sin esperar al Municipal fui a toda prisa a coger a Pascualita, no usé el guate de acero pese a que no estaba de muy buen humor pero, afortunadamente, no me mordió. La guasa de la abuela llegó al extremo de lanzarle a Pepe al Municipal como si fuera una pelota -" Lléveselo, que siempre verán más cuatro ojos que dos jejejejejee" - ¡Que mala uva tiene!

Un rato después y con un suspiro de alivio, el Municipal dio por terminado su trabajo- "Venga cuando quiera" - Yo preferiría no tener que volver más - "No le invito a comer porque estamos invitadas a casa de unos amigos muy agradables" - ¿Y quienes van? - "Nosotras" - O sea, usted, su nieta y la Cotilla - "No, a esa no se la puede llevar a ningún sitio, todo lo cotillea. Vamos mi nieta, Pascualita y yo" - ¿Pascualita? - " Sí. No se la hemos presentado porque no han coincidido... " - ¿Muerde? -  "Jajajaja ¡es una fiera! (se dió cuenta de que había metido la pata) en el buen sentido de la palabra... ¿No quiere una copita de chinchón antes de irse?" - Vale y me voy a quedar a esperar a esa amiga suya - Cuando salimos de casa el pobre Municipal dormía plácidamente en una butaca de la salita frente al televisor. La abuela dejó la llave bajo el felpudo - "Le he dicho al Jefe que la encontrará aquí cuando venga a recoger a este hombre.Me preocupa el poco aguante tiene con la bebida... jejejeje"


sábado, 10 de marzo de 2012

- "¡Mira que dice el Diario: un maromo se ha tirado del blacón de un segundo piso, agarrado a su gato!" - ¿Al gato... por qué? - "Porque la gente no tiene imaginación. El pobre animalito se ha convertido en una víctima colateral (¡Hay que joderse con el ufemismo!) vamos, que ha quedado plano como un sobre porque el tío lo ha aplastado... ¿No hubiese podido agarrarse a otra cosa?" - ¿Por ejemplo? - "Pues... a un corrupto y en la caída ¿quién te dice a tí que no se le cayeran los dineros afanaos?" - O a un banquero - "O a un especulador"  - O a un periodista de Intereconomía - "O a..."

Llamaron a la puerta y la Cotilla se metió hasta el comedor - Mirad quién me acompaña, el jefe de policía - "... o a la Cotilla" - ¿Qué pasa? ¿Hablábais mal de mí? - Empezábamos ahora ... Por cierto, abuela, ¿por qué se tiró por el balcón? - "Le regalaron una tarta de cumpleaños rellena de droga y perdió los papeles y casi la vida. ¡Menudo regalo! Pero ¿te das cuenta de la injusticia? el muerto (o sea, el gato) no la había probado y se llevó la peor parte" - ¡Ejem, ejem... Presténme atención, caramba, que soy el jefe de policía! - "Ya lo habíamos visto, hombre, pero estámos comentando un tema de actualidad... ¿No sabe que es muy feo interrumpir cuando otros hablan? - ¡Bueno, ya está bien! Para empezar ¿quién es ésta señora? - "Pero si ha venido con usted..." - No. Me la he encontrado en la puerta - Soy la vecina del 4º y ya que estoy aquí, me quedo. - Es la Cotilla - Ya puede irse, señora, que con usted no tengo nada que hablar - No se preocupe por mí, solo quiero enterarme de lo que pasa - ¡He dicho que se vaya! - No logrará nada, yo la echo  unas cuantas veces al día y no se va ni con agua caliente. - "¿Viene por lo del veneno de la tienda de los chinos? ... Verá, lo compré pensando que era esencia de vainilla para dar gusto a las cocas" - ¿Cocas? - Cocas dulces... de huevo, azúcar ... ¡Eh! ¿qué se ha creído? Hago varias a la semana para merendar y pensé que podría potenciar el aroma. No llevaba las gafas porque pienso que ya no me favorecen tanto y no quiero llevarlas por la calle..." - ¿Vainilla? - "Quería hacer una coca para llevarla al Funeral..." - ¿De quién? - "De nadie" - ¿No ha dicho que iba a llevarla al funeral?... ¿y desde cuándo se llevan cocas a esos sitios? - La Cotilla intervino - No lleva bien la cosa, amigo. Así no sacará nada en claro - ¡Usted se calla! - Abuela, voy a sacar "aquello" del agua - dije porque me temí que acabaría haciendo un registro - ¡Alto! ¿Qué es "aquello"? - "¡Vaya! todo se pega. Ahora en lugar de una cotilla, tenemos dos"

Los dejé discutiendo y metí a Pascualita en bolsillo. Estaba un poco enfadada porque oía los gritos pero no se enteraba de nada, en cambio Pepe, que estaba en medio de la mesa del comedor, sí. Dejé que se asomara un poquito. El Jefe tenía en las manos a Pepe y lo lanzaba al aire como si fuera una pelota. Se le veía nervioso - ¡Me las voy a llevar a todas a la comisaría como sigan así! - En cuanto me vió me gritó - ¿Qué es eso que ha cogido? ¿Dónde está? - ¡Eso, eso. Que enseñe el misterio! - jaleó la Cotilla - Me hice la loca y pasé de él pero la vecina no estaba dispuesta a irse de allí de vacío - ¡Mire en su bolsillo! ¡Se ha movido algo! - (¡La mataré! - pensé) - En un santiamén el Jefe estuvo a mi lado y metió la mano en mi bolsillo con rabia. Yo sabía que nunca hay que hacer eso cuando se trata de Pascualita pero no podía decírselo... tampoco hizo falta a juzgar por el grito y los saltos que dió cuando sintió correr por sus venas el veneno de sus dientecitos. Era para filmarlo y encima, a la Cotilla le dió por reir - jajajaja ¡Perdone, son los nervios! jajajajaja - al poco tiempo reíamos las tres y me imaginé a Pascualita haciendo el OK. - ¡Dios mío, que hartón de reír nos dimos... incluso estando en la Comisaría, no podíamos parar.

viernes, 9 de marzo de 2012

- "¡¿Por qué dejas esto aquí?! siempre lo tienes todo por en medio... Mira. ¡Tus calcetines! ¿Por qué no puedes llevarlos a la lavadora?" - ¡Uf!. Hoy la abuela se ha levantado con el pie izquierdo y va a recibir hasta Pepe, con lo callado que es el hombre. Pascualita no ha salido del agua en toda la mañana. La tía es muy lista y cuando hay temporal, prefiere quedarse en el fondo del "acuario".

Estaba en el baño cuando he oído el timbre de la puerta y poco después, la abuela le estaba pegando la bronca a alguien. Me asomé sin hacer ruído. El Municipal, en posición de firmes y más tieso que un palo, estaba rojo, supongo que de vergüenza. Había venido a pedir explicaciones sobre el por qué había comprado el veneno a los chinos. - "¿Y a tí qué te importa?" - A mí nada pero mi jefe me ha ordenado que venga a pregunt... - ¡Tu jefe, su jefe!... Que venga él y me lo pregunte a la cara" - Por mí, encantado pero me ha dado una órden y yo tengo que cumplirla - "¡Y yo tengo que hacer la comida para la zángana de mi nieta y para mí! - El portazo hizo que se movieran los cuadritos que cuelgan de las paredes de la entrada.

- Te noto un poco alterada, abuela ¿Pasa algo? - "¿Pero tú en qué mundo vives?. Claro que pasa... ¡y lo que pasará como los políticos sigan con las tijeras en la mano! Son como las malas peluqueras a las que les dices: corta poco y empiezan quitando un poquito de aquí, otro de allí, luego se dan cuenta de que han hecho un trasquilón y tienen que corregir... total, que cuando acaban ya no tienes melena porque te han dejado con cuatro pelos tiesos. Luego te dicen que te quedan estupendamente y encima tienes que pagarles por el desaguisado. ¿Cómo no quieres que esté alterada, alma cándida?" 

- Tienes a Pascualita asustada... Mírala, está acostada sobre la arena del fondo. Hazle un poco de caso a la pobre que no tiene la culpa de nada... bueno, de casi nada - "Ojalá pudiera repartir unos cuantos mordiscos a quién yo me sé" - No la animes que no necesita nada para cabrearse - Cogió a la sirena y se fue con ella a la cocina - "Le contaré la receta de hoy. Creo que ésta no se la sabe" - Iba por sofrito cuando entró la Cotilla, tan pancha. - No me digas nada. He encontrado una llave en el cajón de la mesa de la cocina - Lo que no entiendo, a parte de su cara dura, es como, sin tener apenas dinero, ha hecho tantas copias - Ah, porque me las regalan en la ferretería. Trabaja allí el hijo de un primo mío al que, hace muchos años le hice un favor y claro, me lo debe, por eso, siempre que necesito algo voy a ver al chico - ¿Y no le cobra nunca? ¿Qué favor le hizo? - Le guardé el perro una semana en mi casa mientras mi primo, su mujer y este chico, que era muy pequeño, se iban de vaciones - Pues sí que le salieron caras ... ¡Lo has oído, abuela! - Salió de la cocina secándose las manos y con Pascualita colocada sobre el hombro - ¡Ay, que susto! ¿Estás haciendo pescado?  lo digo porque se te ha puesto uno ahí - "¿Esto? Es un adorno" - No sé de donde los sacas pero son feos de narices - Pascualita se dio cuenta de que la Cotilla hablaba de ella y no bien, por eso abrió la boca enseñanado sus dos filas de afiladísimos dientes en plan intimidatorio - ¡Se mueve! - "Es que es un robot japonés. Me lo ha regalado Andresito - ¿Ha estado en Japón y no te ha llevado con él?... huy, huy, huy... eso quiere decir que, el día menos pensado, te deja por una jovencita jijiji... No creas que me río de tu desgracia jijiji... es que me ha dado la risa floja jijiji... - ¿Abuela, la saco a patadas? - "Simplemente... sácala" - dijo muy digna y muy tiesa.

jueves, 8 de marzo de 2012

- "¡Mecáchis, que frío hace otra vez!" - Es lógico, aún estamos en invierno - "Ahora tendré que medicar a Pascualita..." - Déjala tranquila que está muy bien - "Ya, pero si me adelanto a lo que le pueda pasar..." - ¿Y qué sabes tú de las enfermedades de las sirenas? ¿Crées que se arreglan con una aspirina? - "¿Por qué no? Van bien para todo" -No le des nada. Ya le basta lo aficionada que la has vuelto al chinchón. Como se enteren los de la Sociedad Protectora de Animales nos correrán a gorrazos.

La abuela quedó extrañamente silenciosa, como si con ello me estuviera dando la razón pero yo tuve la sensación de que, en cuanto me diera la vuelta, haría lo que le diera la gana.

Unos días después la ví llegar contenta - ¿Has encontrado gangas en el mercado? - "Huy, no. Eso es tan difícil como que te toque el gordo de la Primitiva" - Entonces ¿a qué viene esa sonrisa?... Espera, no me lo digas... ¡Has pasado por una obra y los albañiles te han piropeado! - "No, no jijijiji... no es eso... Me habré acordado de algún chiste... No sé..." - Se fue a la cocina y me dejó con la palabra en la boca. Entonces me acerqué a la puerta y la oí hablar con la sirena - "El hombre me ha dicho que es lo mejor que hay para muchos síntomas, así que no te preocupes. Te daré un poquito por las noches y si te da sueño, mejor, dormirás más a gusto aunque tu no lo necesitas, duermes como un tronco jejejeje" - Pascualita miraba atentamente el frasquito que la abuela sostenía en la mano. Ahora que había arrinconado los celos hacia Pepe la abuela se lo ponía junto a la bañera rosa y a la sirena le gustaba sentarse sobre la cabecita de aquel ser anónimo. Abría mucho sus ojos saltones de pez y solo cuando la abuela acababa su sermon, hacía el signo OK con los dedos.

Mientras el sopor de la siesta me vencía, llamaron a la puerta - ¡Hola! - dijo la Cotilla - He encontrado al Municipal en el rellano y vengo a ver qué es lo que quiere - ¡Y a usted qué le importa! - ¡Mucho! - A ver, no discutan que me alteran los nervios. Vengo porque me han mandado que sino... ¿Ha comprado una medicina, o algo así, en la tienda de los chinos? - le dijo a la abuela - "¡Anda! ¿Cómo lo sabe?"  - Somos la policía, señora... Tiene que entregarmela - "¿Por la cara?" - ¡Es una órden! - "No se altere que aqui, las ofendidas somos nosotras,  nos ha interrumpido la siesta... ¿quiere un café?" - Lo que quiero es irme así que, deme lo que le pido y me largo - "Me ha costado tres euros" - ¿No querrá que se los pague? - ¡Pues sí (intervino la Cotilla) Es lo justo! - Al ver el dinero la abuela cedió y puso en manos del Municipal el frasquito - ¡Cuidado, que es muy peligroso!... Es  un veneno muy potente. Se usa para matar perros pero con una dósis más grande se podrían cargar a una persona ...  y estando en sus manos... no me extrañaría.

Cuando se fue no pude evitar un escalofrío - ¿Era una medicina para...? - ¿Para quién? (indagó la Cotilla) - "Pues, sí. Ya sabes lo que te conté" - ¿Qué contaste? - Para eso no se va a los chinos - ¿Para qué? - "Es más barato y como no tenía receta..." - ¿Quién está enfermo? - ¡Menuda suerte ha tenido! - ¿Quién? - "Mañana iré allí y me oirán" - ¿A dónde vas a ir? ¿Quién tiene que oírte? ¡Así no me entero de nada, coñe! - Empecé a disfrutar. Todo lo que fuese fastidiar a la Cotilla me parecía bien - ¡Te oirán como quién oye llover! - ¿Mañana va a llover? - "¡Pobrecita mía!" - ¡Quién es pobrecita! ¡¡¡Basta, basta!!! No habléis en clave que me mareo... ¿Quién es esa "pobrecita" de la qué habláis? - "Tú... ¿caso no estás helada, pobrecita mía?... ¿Nos tomamos un café y una copita para entonarnos?" - Vale, pero... creo que hablábais de otra cosa. - Tonta no es pero pesada... ¡una cosa seria!

miércoles, 7 de marzo de 2012

- "... en mis tiempos jugábamos en la calle... ¿no lo crees?  pues es verdad" - La abuela comentaba con Pascualita los cambios que se van a proponer para la Ciudad - "Corríamos libres como el viento y siempre llevábamos las piernas llenas de heridas, algo normal en los niños... Recuerdo las viejas películas del Oeste... tú no has visto ninguna, ya lo sé. Salían unos personajes que eran los indios, a veces eran buenos y otras malos,  pero siempre corrían libres por las praderas hasta que un día llegó la civilización a sus tierras, les cortaron las alas y los encerraron en Reservas. Que hagan lo que quieran allí pero nada de salir fuera a correr como locos... Y aquí va a pasar lo mismo aunque no llevemos plumas (de momento). Desde que el mundo es mundo, por primera vez, no se podrá jugar en la calle, para eso han hecho Reservas: Polideportivos a los que se puede entrar pagando o Parques en los que, a saber qué se podrá hacer... ¿Quiéres un poquito de chinchón?... toma, lame mi dedo... Que rico ¿eh?... es que si no bebo unas copitas se me hincharan las narices y luego Andresito me verá fea jejejejeje...

¿En tú hábitat tenéis mendigos? De eso también ha habido siempre. Piden dinero para comer o para beber y olvidar o para lo que sea y les das o no. Eso lo decides tú... Pues ya no van a poder pedir, bajo multa de jejejejeje... Ay, que me da la risa floja porque mira que el chiste es bueno jejejejejeje... Hasta ¡3.000 euros de multa les pueden poner! jajajajajaja.... ¡a un mendigo! jajajajaja... ¡Ahora vuelvo, es que me estoy meando de tanto reír jajajaja!"

Mientras comíamos le pregunté si lo que le había contado a Pascualita era verdad - "Lo será dentro de poco. Palma será una ciudad Margarita: esto está bien, esto está mal... Ah, y ya no correremos peligro de que se nos caiga en la cabeza un bolo o una pelota ¡o un huevo! cuando pasemos cerca de un malabarista ¡porque no habrá!... Nos suben los impuestos y nos quitan la diversión y si quieres protestar, ni se te ocurra pedir firmas en la calle que sacaran el boli recaudatorio y ¡multa que te crió!" - Abuela, no me parece bien que empieces a beber de buena mañana, luego dices tonterías... 

La Cotilla llamó a la puerta - ¿Qué, se le ha olvidado la llave? - le dije con recochineo - ¡Que mala baba se gasta tu nieta!... Oye, he pensado que si me pongo los domingos a la salida de misa de una de las iglesias de postín, puedo sacarme un dinerito para reforzar mi pobre pensión ¿qué te parece? - "Pues que será peor el remedio que la enfermedad jijiji... Que te vas a quedar como el gallo de Morón: sin plumas y cacareando jijiji..." - ¿A qué viene ese refraneo? ¿Te gusta la idea o no?  - "¿Tú tienes 3000 euros para gastártelos en caprichos?" - ¡Quién los pillara! solo los he visto en televisión cuando se habla de los presuntos corruptos jejeje ... ¿No querrás que te haga un préstamo? jajajaja... ¿Tu abuela le ha dado un tiento al chinchón? - "Y más que le daré. Anda, coge una copa que te voy a contar "novedades" jajajaja"

martes, 6 de marzo de 2012

La abuela ha vuelto un poco achispada del acto que se ha celebrado en memoria del padre de Andresito. El hombre había dejado dicho que no quería funeral a su muerte y así ha sido, aunque no se ha librado de que la gente dijera - Vamos al Funeral a honrar al Viejo.

Hemos ido todas, Pepe incluído (al ser todas  "mujeres" salvo él, lo incluímos en el término TODAS). La abuela ha creído conveniente llevar a Pascualita porque, al fin y al cabo, fue la que le dió la última gran alegría de su vida. Gracias a su mordisco, el viejo vivó el espectacular renacer de su pequeño amigo, socio de tantas aventuras de cama a lo largo de su existencia y al que había dado por muerto hacía ya tiempo.

La fotografía del difunto, con pícara sonrisa, presidía el rincón de la cafetería donde nos reunimos. Nos acercamos para saludar a Andresito y a su hijo que estaban junto a ella. La sirena, que hasta entonces había permanecido tranquila en el termo, se agitó cuando vió la cara de Tutankamón ¡le reconoció! y eso hizo que se impulsara, con un poderoso golpe de cola, hacia él cogiéndonos por sorpresa. Hasta que no se estampó contra el cristal no nos dimos cuenta de lo que hacía. Patinó, medio atontada por el porrazo, hasta la mesa pero siguió tirando dentelladas tratando de herirlo. Afortunadamente, la gente estaba distraída con otras cosas y no se dieron cuenta. La abuela, en un movimiento muy rápido para sus años, se plantó delante del careto del muerto y yo, sin guante de acero con el que defenderme, tuve que arriesgar mi mano para coger al furioso bicho que no entendía por qué no se clavaba su dentadura en la carne hasta que lo hizo en la mía. Incluso mi grito quedó sepultado por el jaleo reinante - ¡Maldito bicho asqueroso! - grité. Andresito, que solo tenía ojos para la abuela, me miró cejijunto - ¿Tu nieta ha dicho maldito viejo asqueroso? -  Ella, que es incapáz de salir en mi defensa dijo - "Sí" - Mi rendido enamorado, al que le encanta todo lo que digo y hago, me miró embelesado - Tienes gracia hasta denigrando al abuelo - Como no podía retorcele el cuello a Pascualita porque, a pesar de todo, le tengo cariño, descargué mi dolor y mi rabia en la espinilla del Médico que me sonrió, rendido a mis pies, mientras dos gruesos lagrimones corrían por sus mejillas - Nadie patea con tanta gracia como tú - ¡Anda y que te vayan dando, zoquete! - le grité aunque solo me oyó él y me agradeció el "cumplido" con una sonrisa.

 En las mesas había muchas cosas para comer y beber. Algunos amigos, músicos aficionados, tocaron  el Mediterráneo, de Serrat y otros la cantaron. De eso se pasó a tangos arrabaleros que tanto le gustaban al finado. Las risas fueron subiendo de tono a medida que se recordaban anécdotas de su vida. Algunas mujeres confesaron que aún tenían cardenales en las nalgas por los pellizcos del viejo sátiro.

Los chascarrillos, la bebida y el buen ambiente reinante hicieron que hubiera muchas lágrimas...de risa. Fue una velada divertidísima. Contaron chistes muy subidos de tono en honor a la afición que el viejo tuvo toda su vida por el sexo. Eran tantas las risas que los clientes de la cafetería se fueron acercando para acabar integrados en la fiesta. Se bailó y bebió hasta que el dueño, temiendo una denuncia de los vecinos, nos obligó a terminar y marchar para casa.


lunes, 5 de marzo de 2012

Esta mañana la abuela ha ido al médico. La he visto desde el balcón alejarse calle abajo. De la panadería ha salido la Cotilla, han hablado un poco y luego se han ido las dos juntas.

."Menos mal que la vecina ha venido conmigo y he estado entretenida que sino me da algo. En la sala de espera éramos ciento y la madre, no todos para el mismo doctor pero ¿quiéres creer que el mío es el más lento? Una vez dentro ni te das cuenta pero mientras esperas te da tiempo a comerte las uñas de las manos y de los pies" - ¿Y qué te ha contado tu amiga? Parecía alterada - "Y lo está. No es para menos. Fíjate que los alemanes, los dueños del loro, la van a demandar por no cuidarlo bien. A la pobre no le llega la camida al cuerpo" - Le está bien empleado por sacar a pasear al bicho ese. Si no es suyo. - "Encima me echa la culpa a mí. Dice que en ésta casa hay un fantásma que ataca" - ¡Ja! para fantasmas, ella. ¿Se ha mirado al espejo? ¡Da miedo! - "Es que tiene algo de razón. Ella misma ha sido atacada varias veces. Acuérdate de Ataúlfo, Pascualita se lo merendó y al nuevo que trajo, también" - Eso le estuvo bien empleado por no guardar fidelidad al pobre Ataúlfo - "¡No digas tonterías! ... Me ha dicho que, ya que la demandan los alemanes, ella hará lo mismo con nosotras" - ¡Queééé! ¡Como vuelva a verla en casa la pongo de patitas en la calle! - No acababa de hablar cuando la Cotilla entró hasta el comedor - ¿Aún tiene llaves? ... ¡Fuera de mi casa! - ¿Por qué? ¿Qué he hecho ahora? ... toma la llave, Jesús, que genio... ¿Por qué me echa tu nieta? - "Por la demanda que nos quieres poner" - Ya está puesta... He tenido que hacerlo porque seguro que la gano y con el dinero que os saque podré pagar la que me han puesto los alemanes. - "Visto así, tienes razón" - ¿Qué razón ni qué niño muerto, abuela? - Al fin y al cabo el loro fue atacado aquí mismo - "Eso es verdad" - ¡A ese bicho debió darle un patatús y como estaba suelto (cosa que hizo usted) se cayó dentro de la bañera rosa! ¿De quién es la culpa? ¡Suya, por dejarle salir en una casa que no conoce! - No me quieras hacer comulgar con ruedas de molino. Si le hubiese dado un telele se podría haber ahogado pero es que le faltan un montón de plumas y además tiene una herida que recuerda mucho a las que me he hecho en ésta casa. - Pues quédese en la suya.

Sonó el teléfono. La abuela volvió compungida - "Era Andresito. Se ha muerto su padre" - ¿Tutankamón?... Bueno, el pobre era muy mayor - "No ha sido por viejo sino por pellizcar en el culo a una auxiliar que lleva allí dos días. La mujer le ha visto la intención y se ha apartado pero el viejo ya iba lanzado y se ha caído de la silla de ruedas. Por lo visto no estaba atado porque, si no se le ponía por delante una tentación, siempre estaba muy quietecito.  Ha pegado de morros contra el suelo y ahí ha dado el último suspiro... Bueno, un segundo antes ha dicho algo así "¡Mecachís! he fallado por muy poco" - ¡Genio y figura hasta la sepultura! - Jajajaja, sí, era todo un personaje... ¿Qué os parece si brindamos en su memoria? - "¡Muy buena idea!" - ¡Abuela! ¿Con la Cotilla? - "Anda, trae tres copitas y no seas rencorosa" - Que pena que ésta nieta tuya no haya salido a tí.


domingo, 4 de marzo de 2012

La Cotilla se ha buscado un trabajo en el que le pagan poco pero algo es algo porque, aunque la tía no me cae bien, hay que reconocer que le cuesta mucho llegar a fin de mes con la esmirriada paga de pensionista.

Una pareja de jubilados alemanes la ha contratado (sin contrato) para que cuide de su lorito cuando ellos no estén en  la isla. - ¡Mirad, mirad. Este es el pajarito que cuido! - "¡A ver ..., Ah,  pues es verdad que es un pajarito jajajajaja" - ¿Qué creías que era? - "No pensé que tuviera alas jajajaja. - Ahí estaban las dos amigas muertas de risa sacándole punta a todo. Un rato después la Cotilla explicó que el lorito estaba muy bien enseñado - Es educadísimo. Sabe abrir y cerrar la puerta de la jaula.  Sale o entra cuando se lo ordenan, además es muy límpio, hace todas sus deyecciones en el mismo rincón de la jaula - "¿Qué dices que hace?" - Deyecciones - "Caramba, esas cosas solo deben hacerlas los loros alemanes" - Bueno, no estoy muy segura pero creo que es hacer caca - "¡Caca!... Dios mío, como se complican la vida los ricos para decir las cosas más sencillas y hacer que parezca algo extraordinario jajajajaja... ¿Cómo dices que le llaman a eso?" - Jajajaja... ¡Dejecciones! jajaja... - "¡Brindemos por eso. ¡Chin chín!".

El loro, mientras tanto, iba a su bola. Salió de la jaula sin que nadie se lo mandara y se paseó por la mesa del comedor como Pedro por su casa. Se paró frente a Pepe, lo observó detenidamente antes de pegarle un picotazo de tanteo y dió un corto vuelo hasta la bañera rosa. Como una flecha, la abuela corrió a cerrar la ventana, abierta de par en par. La Cotilla, con el susto en el cuerpo, increpó al pájaro por salir de la jaula sin permiso pero el siguió curioseándolo todo - "¿Cómo se llama?" - Otto - "Pues llámale, quizás te hará caso" - Entonces la abuela recordó que Pascualita estaba en el fondo del "acuario" y que, seguramente, corría un serio peligro viendo el pico robusto del loro. Apremió a la Cotilla para que lo encerrara - ¡Que más quisisera yo! no me escucha... o  no me entiende... Sus dueños le hablan en alemán y yo no sé -

El pájaro estaba muy atento a lo que ocurría dentro del agua. Al verlo tan quieto las dos mujeres decidieron agarrarlo pero el ave fue más rápido y voló hasta la lámpara y desde allí lanzó una "deyección" sobre el pobre Pepe - "¿No decías que era tan bien educado?.. ¡Guarro!" - El pájaro tenía querencia a la bañera y volvía una y otra vez a ella mientra se zafaba de las dos mujeres que, desesperadas, se ayudaban de un trapo y una escoba. Los gritos de ambas debieron llegar hasta Pascualita porque, una de las veces que el loro se posó en la bañaera ella salió disparada hacia arriba, con las fauces abiertas, igualita que el gran tiburón blanco de los reportajes de la 2. Agarró al pájaro por un ala y cayeron al agua. Allí se formó un jaleo en el que se veía una bola de plumas verdes que subía y bajaba. La abuela tiró de él y el pobre bicho salió aterrorizado y chorreando agua, para ir a meterse en su jaula y cerrar la puerta tra él. Estaba dolorido e hinflado y se había salvado de una buena.  La Cotilla se asomó a la bañera, no entendía qué había pasado y siguió sin entenderlo porque Pascualita, muy cuca, se había escondido en los restos del buque hundido. La abuela suspiró, aliviada.



sábado, 3 de marzo de 2012

La comida

He tenido que hacer de canguro de Tutankamón y no por gusto. La abuela sigue con la idea de ir a Londres y para esto Andresito tiene que aflojar la cartera y ¿qué hay que hacer para que eso ocurra? pues dorarle la píldora.

Celebró una comida para despedir a Blas e invitó a su novio, que no vino solo, cosa que nos incomodó aunque no dijimos ni pío. Hicimos un pequeño cambio en la mesa, que ya estaba dispuesta y la Cotilla aprovechó para sentarse cerca de Andresito pues tenía la seguridad de que, la vez anterior, había sido él quién le rozó la pierna. Por eso había comentado alguna vez que no hay nada como los amores clandestinos: - Esos que se sufren en silencio - dijo, poética, a lo que yo le contesté - ¡Igual que las almorranas! - ¡Nunca harás carrera de ésta nieta tuya! - gritó indignada.

El viejo estaba contento de cambiar de aires. Ya había metido mano a toda cuanta mujer había en la Residencia, directora incluída y le ilusionaba tener otras a tiro. A la mesa nos sentamos la abuela, Andresito, Tutankamón, Blas, la Cotilla y yo y dimos buena cuenta de una fabada riquísima, sobre todo el viejo. Hacía tanto tiempo que no probaba una comida tan contundente que rebañaba el plato una y otra vez - Pónme un poco más, mujer, que ésto lo paga mi hijo - La abuela se sonrojó de rabia - "¿Qué es lo que le cuentas a tu padre?... Cómo vuelva a insinuar que soy una mantenida le pongo la olla por sombrero, so momia!"

Sujeta a la lámpara del comedor estaba Pascualita que no se perdía detalle y había afruncido el ceño cuando la abuela se alteró. A Pepe lo habíamos puesto junto al salero. Las piernas-tentáculo del viejo empezaron a tantear la "mercancía" que había bajo la mesa redonda. Noté el roce de la zapatilla y metí bien las piernas bajo la silla. Blas dió un respingo y sonrió. Luego le tocó el turno a la Cotilla que se puso roja como un tomate y henchida de ilusión. Ya se veía en Londres en lugar de la abuela. Así transcurrió la comida hasta que, casi a los postres (una hermosa ensaimada rellena de crema que había traído Andresito) éste saltó, furioso - ¡Ya está bien, papá! (Blas y la Cotilla le miraron asombrados. Que ellos supieran, el viejo no había hecho nada) ¡Deja de tocarnos las piernas mientras comemos! - Las caras de aquellos dos eran un poema. Su gozo en un pozo; hasta el hambre perdieron jajajaja...

Mientras tomábamos el café llegó el Médico que venía especialmente cursi - Cariño (¿quién? ¿yo?) dame un poquito de ensaimada... no, en el plato no, pónmela en la boca - Le dí tal patada en la espinilla que se le fue el color de la cara. En aquel momento la Cotilla pasó el cuerpo sobre la mesa para coger la cafetera, y Tutankamón aprovechó la ocasión para tantearle un pecho - ¡Pero... quite, hombre. Será pulpo! jajajajaja...  - La abuela sacó el chinchón y todos tomamos unas copitas aunque el viejo tomó más porque se daba mucha prisa en  vaciar las copas que tenía más a mano. Poco después lanzó un último suspiro y quedó seco - ¿Se ha muerto? - preguntamos inquietos - Después de una pequeña exploración, el Médico dijo - Está durmiendo la mona...- y se despidió. Tenía que volver al hospital  y mirándome me dijo - Lo he pasado muy bien - Se marchó cojeando. En un minuto se vació la casa. De repente todos tenían algo que hacer y yo me quedé al cuidado del viejo mientras maldecía por lo bajo. - ¿No se queda? - le supliqué a la Cotilla que me miró extrañada - No, guapa, te dejo a Tutankamón todo para tí que necesitas una alegría, incluso más que yo. ¡A divertirse con el pulpo jajajajaja! - Afortunadamente durmió toda la tarde.

viernes, 2 de marzo de 2012

Estamos un poco tristes por Blas pero, mirándolo bien, no tiene por qué quejarse: conocerá un País al que, seguramente, nunca pensó visitar. Verá la Aurora Boreal. Apreciará mejor nuestro clima cuando vuelva de aquellas heladas tierras. Ganará un dinerito. Trabajará. Estará contento ... bueno, esto no sé si será así porque no es lo mismo irte porque quieres a que tengas que marcharte a la fuerza

Si no va no le darán otro empleo y mirándolo bien y así como están las cosas hoy en día, no se puede despreciar un trabajo pero... ¿en Alaska?... ¿No hay sitios más cercanos? ...

El pobre está que no le llega la camisa al cuerpo. Por un lado está sufriendo lo indecible porque su novia de toda la vida (nunca mejor dicho porque llevan la tira de tiempo con ésta relación) se ha puesto hecha  un basilisco: ¿A un País nórdico con lo liberales que son las mujeres de allí? ¡Tú lo que quieres es ligar extranjeras!. Cuando lo ha contado en casa la abuela ha estado de acuerdo con la novia - "A los hombres os gusta mucho esto de conquistar extranjeras y si son suecas, mejor" - No hemos podido convencerla de que allí el extranjero será Blas y de que aquello no es Suecia. El pobre está alicaído y cuando me ha dado un poco de pena, me he acordado de que me dijo que le hubiése gustado más que el pie que rozó su pierna fuese el de la abuela en lugar del mío. Así que ¡ajo y agua, valiente!

Blas no ha encontrado comprensión en casa. Era algo que no se esperaba. A penas a tocado el plato de lentejas mientras las lágrimas mojaban sus mejillas mal afeitadas. La abuela ha pensado que una cosa así no se la podía perder Pascualita y la ha colocado en lo alto del frutero. Me he sobresaltado pero me he hecho una señal como de: "Este, ahora mismo, no se entera de nada" . - "A ver, alma de cántaro, ¿te parece bonito el espéctaculo que estás dando? Todo lo que tienes de grande lo tienes de pusilámine. ¡Arriba ese ánimo que solo vas por unos meses!" - Eso han dicho muchos y luego se han quedado en tierra extraña toda la vida - "No creo que a tí te pase esto teniéndo una novia tan celosa que, si ve que tardas, irá a buscarte... Mira, cuando estés desanimado (que conociéndote, será cada dos por tres) recuerda este nombre: Sobeya" - ¿Qué es eso? - El nombre de una mujer valiente, animosa, que trasmite alegría a quién está a su lado y hace que te olvides de que lo está pasando mal. Tiene una sonrisa que le ilumina la cara aunque te esté contando que "está malita". Haz de ese nombre llamativo tu talismán de la buena suerte... Y ahora come algo de fruta y después brindaremos por tu viaje jejejejeje..." -  Lo que siguió fue un grito espantoso. Blas, sin mirar, cogió lo que creyó que era un plátano y probó los dientes de la sirena. En un santiamén, la mano se le puso como una bota. Mientras la abuela se acercaba a atender al herido, me susurró divertida - "Era el único al que no había mordido, jijiji... Saca el chinchón que hay que celebrarlo" - ¡Que jodía es mi abuela! -