martes, 7 de febrero de 2012

Tras meses y meses de espera, al final llegó la hora para que la abuela fuera a la consulta del oculista. Y ahora luce unas gafas (que ella dice que son fashion) de pasta, color rosa chicle y con las puntas laterales estiradas hacia arriba. Hay que reconocer que rara sí que está.
Como no está habituada a llevarlas ya ha tenido varios tropezones. Son para mirar de cerca pero como le gustan tanto y es tan presumida, no se las quita para nada y va insegura por la calle.
En cuanto la ví con ellas le hice una crítica constructiva (que no le sentó bien). Aunque a la primera a la que no le gustaron nada fue a Pascualita. No la reconoció. Debió creer que se trataba de un extraterrestre porque le sacó los dientes en plan amenazador en cuanto la vió. "¿A qué estoy de lo más guay del Paraguay?" - ¿Piensas salir así a la calle?... Mira a la sirena, es como un libro abierto... - "¡No sé por qué me molesto en enseñaros nada! ¡No tenéis ni idea de lo que significa la estética" - No te enfades con nosotras. Es cierto que somos tu público más crítico pero lo hacemos por tu bien... - "¡Déjate de monsergas! Sois únicas para arruinarme el día" - Pero, abuela, si tienes 86 años... - "¡¡¡85, si no te importa!!! - ¿no podrías llevar algo más discreto... Menos estridente? - "¿Quiéres que vaya como tú? Ya lo haré cuando sea vieja" - Salió del comedor dándose un golpe contra la mesa.
Esa tarde fue al Funeral a que todos sus amigos la vieran y le dijeran lo guapa y original que era. Me río yo del vestuario de la Reina de Inglaterra. Llevaba botas altas, negras con detalles rosa chicle, el resto de la vestimenta era violeta. Lo único "normal" era el abrigo porque hacía tanto frío que se puso uno de paño grueso, tan caliente como una manta zamorana.
Nada más irse llegó la Cotilla - "Eso" que ha salido a la calle no era tú abuela ¿verdad? - Inmediátamente me puse en plan reivindicativo - Sí. ¿Pasa algo? - No, no... iba a comentarte que iba muy... muy mona... También venía a tomar un cafelito ... - Como no. Ahora mismo se lo preparo, pero debo decirle que solo tenemos agua de la que no le gusta... lo siento. - Déjalo. He vuelto a probarla y no puedo acostumbrarme. Es malísima... ¿y una copita de chinchón? es que hace mucho frío - Me queda muy poquito y como va a venir Pascu... (¡glub! iba tan lanzada que por poco meto la pata) - ¿Quién, quién? ¿Tienes un novio que se llama Pascual? ¡Vaya! Nunca lo hubiera creído. - ¿Que se llamara Pascual? - No. Que tuvieras novio jajaja... Me voy y cuidado con lo que hacéis jijiji... Espero que tu abuela te haya contado los misterios de la vida... ya sabes, lo de la aabejita y las flores - Menos mal que se fue porque, a punto estuve de tirarle algo a la cabeza.

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