lunes, 13 de febrero de 2012

¡Que orgullosa está la abuela! Ha triunfado ante sus amistades que la consideran, ahora más que nunca, una persona original y moderna a tope, una transgresora de la moda. ¿Alguien conoce alguna persona que se pasee por la ciudad con una cabeza humana, reducida eso sí, colgada del cuello como si se tratara de un collar de perlas naturales? Y encima tuvo la desfachatez de contar la estrafalaria historia de que se trataba de la cabeza de un antíguo novio suyo, ¡de los años veinte del siglo pasado!, que no pudo soportar que ella lo dejara plantado y se embarcó con rumbo al Amazonas para poner mucha tierra y mucho mar por medio, tratando de olvidarla. Al pobre le seguió la mala suerte hasta allí y en la espesura de aquellas húmedas selvas, fue apresado por una feroz tribu de jíbaros, los cuales, aparte de decapitarlo y reducir su cabeza a la ridícula medida que tenía ahora, hicieron un guiso con el resto del cuerpo y por lo visto, se chuparon los dedos y dieron vivas al cocinero. Atónitos, los amigos quisieron saber cómo había vuelto el novio (o una parte de él) a sus manos. Entonces se hizo la misteriosa - "Cosas del Destino" (ni una palabra sobre la tienda de los chinos).
Todo esto me lo contaba mientras comíamos y señalando repetidamente a Pepe. Pascualita, que tiene su orgullo, seguía la conversación sentada en el borde de la pecera, muy tiesa ella. - "¿Por qué no te sientas dónde siempre, bonita?" - Siempre se ha sentado ahí - "Me refiero a la cabeza..." - Está celosa de ella - "¿De Pepe? ¡Que tontería! Te pasas la vida inventado cosas" - ¿¡¡¡Yooooo!!!? - "Ven aquí, guapa, ven con la abue... ¡¡¡Aaaaayyyyy!!!... ¡Me ha mordido la muy hija de p...! - El grito de la abuela fue desgarrador. En ese momento llamaron a la puerta. Al abrirla solo oí pasos apresurados que bajaban la escalera a toda pastilla - ¡¿Quién es?! - Tuve tiempo de ver un hombre vestido de Municipal que gritaba - Aunque me despidan ¡no vuelvo a ésta casa!

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