sábado, 11 de febrero de 2012

¡Menudo "juguete" ha encontrado la abuela con la dichosa cabeza de jíbaro! En cuanto llegó la Cotilla le dijo que cerrara los ojos, que quería darle una sorpresa y se la puso a un palmo de la naríz. Cuando la mujer la vió soltó un grito - ¡Aaaahhhh! ¡Es mi primo! - Las sorprendidas fuímos nosotras - "¿Cómo va a ser tú primo? Es un indio y vete tú a saber cuándo murió. A lo mejor hace más de cien años" - ¿Seguro?... Ay, que impresión me he llevado... Cuánto más lo miro más se parece a Pepe... Dáme una copita de chinchón a ver si se me quita el susto. - "¿Cuándo murió tu primo?" - Pues... ahora que lo dices... No, si no ha muerto, lo que pasa es que vive en Barcelona y no nos vemos mucho pero, hija, es igualito a él. - Cada día están más locas estas dos. Desde entonces la dichosa cabeza se llama Pepe y se me aparece por todas partes. La otra noche llegué a casa hecha una sopa. Había una fuerte tormenta de rayos y truenos. Cuando entré se había ido la luz. Al llegar al comedor, a tientas, ví que sobre la mesa había velitas encendidas que hacían bailar pequeñas sombras en la cabeza decapitada del indio. Un trueno espantoso sonó en el momento y poco faltó para que me diera un síncope ¡Que susto me llevé! Acto seguido se encendió la luz. La había cortado la abuela para hacer una de sus "gracias". A veces pienso que quiere ser la última en abandonar este mundo y a éste paso lo conseguirá.
Pascualita y Pepe han hecho buenas migas. La abuela pone a la sirena sobre la mesa cuando vamos a comer y ésta repta hasta situarse encima de la cabecita. La considera su nueva atalaya. Es desagradable comer teniéndolas delante pero no puedo quitar a Pepe porque Pascualita lo defiende mostrando sus dientes y ya sé cómo se las gasta.
Me pregunto si somos normales. He encontrado al Municipal, que ahora está de baja porque tiene los nervios desquiciados. Al verme se ha asustado luego, haciendo un esfuerzo, me ha planteado su problema - Si el monstruo tiene la boca cosida ¿cómo ha podido morderme? Cuando sepa la respuesta me curaré - He sentido remordimiento, por la parte que me toca y le he dado la receta de la abuela - Tómese una copita de chinchón y verá las cosas de otro modo. Si sube a casa, le invito - Ha salido de estampida.

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