miércoles, 25 de enero de 2012

Si ya de por sí es una aventura ir en autobús, hacerlo con la abuela se convierte en un deporte de alto riesgo. Si está lleno y no tiene asientolo busca junto a los más jóvenes, su cara se convierte en una mueca de dolor de la que logra sacar una triste sonrisa: - "¿Me dejas tú asiento, guapa? Los tornillos que llevo en las caderas me están matando. Están a punto de perforarme la piel, no te digo más... Ayayay... si no fuera por eso no te lo pediría ... Ay, gracias, bonita, has hecho una obra de caridad... Felicita a tu madre por lo bien educada que te tiene".
Un día se puso junto a un grupo de alborotados niños de instituto - ¿Qué llevas ahí, abuela? - le gritó uno con desparpajo señalando el termo - "¡A tú padre en calzoncillos, chaval!" - el chico dió un respingo y yo también mientras los demás se partían de risa - ¡Eh, vieja, no te metas con mi padre! - "¿Lo conoces?" - Las risas cesaron - "Entonces te habrá dicho que hay que ceder el asiento a los mayores" - ¡¿Me ha llamado hijo de...?! preguntó a su entorno y algunas cabezas dijeron que sí. En un arrebato de rabia el chico dió un tirón del termo y acto seguido sonó una bofetada que silenció al autobús. Duró solo un segundo y luego se formó la de Dios es Cristo. El chófer frenó en seco y hubo varios lesionados. Ante el motín que se estaba formando, el hombre llamó a la policía. El resultado fue que los chicos tuvieron que seguir el trayecto a pie a pesar de jurar que toda la culpa era de la vieja del termo. De la agresiva mujer de hacía unos instantes no quedaba nada, ahora era una dulce abuelita de lágrima fácil que deploraba la mala educación de los chicos de hoy en día.
En casa, mientras yo no me cansaba de afearle su actitud, Pascualita y ella se lo pasaban en grande, chocaban las palmas de sus manos en actitud chulesca, hacían el signo de OK. La sirena daba saltos mortales en su "acuario" y la abuela reía mientras saboreaba una copita de chinchón - ¿Este mal comportamiento también tiene que aprenderlo para cuando vuelva a su hábitat? - "Claro. Tiene que saber que en la guerra y en el amor, todo vale?" - ¡Pero si eran unos críos! - grité fuera de mí. Un chorrito de agua entró en mi ojo para recordarme que a la abuela no se le grita ... si Pascualita está cerca. ¡Es que no aprendo!

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