lunes, 9 de enero de 2012

Mi casa estaba a oscuras cuando llegué de trabajar. Pensé que la abuela se habría ido a pasar un rato al Funeral y entré confiada. A mitad del pasillo me dí un castañazo contra un obstáculo que no debería haber estado allí: ¡¡¡PA PAMM!!! - ¡Ay, ay, ay.... Maldita sea! ¿Qué es este trasto? - En ese  momento se encendió la luz y apareció la abuela, en bata y blandiendo la escoba a modo de arma defensiva. Vino de un tris que no me diera con ella en la cabeza - ¿Pero qué hace esta silla aquí en medio? Por poco me mato... ¡Ay, como me duele la espinilla!... ¿La has puesto tú? - "Pues sí y veo que ha dado resultado" - ¿Querías que me rompiera una pierna? - "Para eso me basta con tirarte por las escaleras... Es que he encontrado otro ojo. Estaba en el buzón junto con las cartas del banco... Nos vigilan y temo que puedan entrar en casa cuando no estemos e incluso estando, al fin y al cabo solo somos dos pobres e indefensas mujeres..." - Habla por mí que tú bien que sabes defenderte -
Durante la cena la abuela llegó a la conclusión de que debíamos conocer al hijo de Andresito y sonsacarle. Quizás fuera cierto que se había creado una asociación de mordidos. Pascualita escuchaba atenta todo cuanto hablaba su amiga y de vez en cuando movía la cabeza en señal de aceptación (¿tan lista es?) después me di cuenta de que el movimiento de cabeza lo hacía cada cinco minutos (¿será un reloj?) Ay, ya no sé que me digo.
Antes de llamar a Andresito nos tomamos unas copitas de chinchón, ella para darse ánimos y que no le temblara la voz y yo... ah, sí, para que no bebiera sola. Pascualita también se remojó los labios. Entretenida en quitar la mesa no escuché la conversación por eso me extrañó el brillo ilusionado de sus ojos - ¿Qué pasa? - "¡Nos vamos de fin de semana... a París!" - ¡¡¡Bien!!! necesito un cambio de aires - "Pues abre un rato la ventana que da al Norte y otro rato la que da al Sur" - ¿A qué viene eso? pregunté pasmada - "Andresito me  ha invitado a mí. Salimos mañana" - ¿Y qué pasa con Pascualita? No puede quedarse sola todo el día - "Para eso tiene el termo. Llévatela al trabajo, total, solo serán tres días" - ¡Abuela! ¿No puedes hacerme esto? - "¡Vaya si puedo!" - Que suerte más perra tengo. Para un novio que me sale resulta que es un parado de larga duración, más tieso que la mojama, que se acercó a mi pensando que podría sacar algún beneficio de mi esmirriado sueldo. Para remate, estoy siendo vigilada no sé por quién y ahora la abuela se va y me deja al cuidado de la birria de sardina ésta que no para de meternos en líos gracias a su mal carácter... Me estoy poniendo depresiva por  momentos... - Abuela, ¿en este viaje no habrá derecho a roce, verdad? - "¿Tú que crees, boba de Coria?" -

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