lunes, 19 de diciembre de 2011

¡Huy, que frío hace! Frío y lunes, mala combinación. Con lo bien que se está en la cama, calentita. Hoy se me han pegado las sábanas, cosa que no suele ocurrirme nunca porque no me gusta que la abuela tenga que despertarme. Lo ha hecho a su manera, "delicadamente". Ha levantado las sábanas con mucho cuidado y ha colocado a Pascualita, chorreando aún el agua fría de su "acuario", en mi pecho. El alarido se ha oído en toda la finca y a punto he estado de sufrir un infarto aunque, también es verdad que me he despejado de inmediato. Medio minuto después llamaba al timbre la cotilla del 4º - ¿Has matado, por fin, a tu nieta? - "Todavía no ¿por qué?" - Es que he oído un grito... - "Se le ha terminado el agua caliente mientras se duchaba jajajajaja..." - Mira que es exagerada jejejeje. En nuestros tiempos no nos bañábamos tanto,  yo sigo aún esa sana costumbre y mira, estámos fuertes como robles. Me da la impresión que tanta agua no es buena para el cuerpo sino, Nuestro Señor nos hubiese puesto escamas, como los peces - "Estoy contigo" - Por cierto ¿a vuelto la policía? - "Lleva un tiempo sin aparecer por aquí. Supongo que se han cansado de no encontrar nada" - Es raro esto, porque estoy segura de que el misterio está en tu casa... - "Vete a saber" - dijo la abuela con mucha flema, sin embargo yo no tengo su aguante para estas cosas y salí como una flecha dispuesta a que la cotilla pagara los platos rotos de mi enfado con el mundo entero por el mal despertar que había tenido. - ¡Misterio es que alguien la aguante todavía! Ande para su casa, chismosa... ¡Ah! y si un día me muero no quiero verla en mi velatorio porque saldré de la caja y la arrastraré de los pelos - ¡Qué mal le ha sentado el agua fría a tu nieta jajajaja! - "No le hagas caso... !Y tú, vete a desayunar que al final llegarás tarde al trabajo!"  - Dice tu abuela que no ha vuelto la policía y es una pena porque, seguro que con alguno de ellos podrías haber llegado a algo porque, hija, tu no te das cuenta pero se te está pasando el arroz... - ¡La madre que la parió! ¿Quién le da vela en este entierro, bruja? - Con este genio no encontrará un buen partido - dijo dirigiéndose a la abuela que asentía con la cabeza ¡No me lo podía creer! - Y eso que no está mal del todo, bueno, pasable simplemente y... - Se quedó callada mirándo sobre mi hombro. Creí que la abuela estaba haciendo muecas detrás de mí  pero, no era eso lo que había llamado la atención de la cotilla - ¿Qué es eso? - preguntó señalando algo - Poco a poco se me iba acercando - Que cosa más rara ... ¿qué será...? - ¿El qué? - Esta especie de gusano repulsivo que llevas sobre el hombro... ¡se mueve!... ahora va hacia la oreja ... - Mis nervios se tensaron como cuerdas de violín ¡la cotilla estaba viendo a Pascualita! Con el enfado se me había olvidado por completo devolverla al agua y seguía agarrada a mi pijama. Miré deseperada a la abuela quién, ni corta ni perezosa, me arreó una colleja que por poco me tira en brazos de la cotilla. Un segundo después la sirena había desaparecido en la mano de la abuela - ¿Dónde está el bicho? - "¿La polilla? ... Me la he cargado. Bueno, voy a lavarme las manos que se me han quedado pegajosas ... ¡Ay, que asco!"

No hay comentarios:

Publicar un comentario