miércoles, 23 de noviembre de 2011

La abuela está rara. En lugar de su acostumbrada energía mañanera, parece que hoy se está tomando las cosas con calma. Hemos desayunado en la salita y en lugar de ponerme de los nervios como siempre, porque en cuanto ella termina ya me está quitando mi taza de colacao, haya terminado o no, porque "tiene que fregarla", hoy he sido yo quien ha acabado antes y eso que soy lenta comiendo. Pero se ha entretenido hablando conmigo y con Pascualita, luego ha puesto la tele (para no mirarla) ha leído el periódico de cabo a rabo y mientras ella hacía todas estas cosas sin levantarse para nada de la mesa, a mí me picaba la curiosidad - ¿Abuela, qué es lo que te pasa? ¿estás decaída? ¿sientes sobre tí todo el peso de tus muchos años? - "Muchos años son los que tú tienes, que se te va a pasar el arroz y no has hecho nada en la vida, atontada" - ¡Vaya! por lo menos conservas la mala uva - "Me estoy entrenando para ser concejala del Ayuntamiento en las próximas elecciones municipales" - ¡Anda que no queda para eso! - "Así estaré más preparada" - ¿Y según tú, ser concejal es desayunar tranquilamente? - "Esa es una de las cosas que hay que hacer. Otra es escuchar a la oposición o a los vecinos cargantes, como el que oye llover, por eso pongo la tele pero  no le hago ni caso y llegará un momento en que, en lugar de palabras, escucharé murmullos, eso querrá decir que este tema ya lo tendré dominado. Luego está lo de contestar a las preguntas por peteneras pero eso lo tengo chupado teniéndote a tí, fíjate en la cantidad de conversaciones absurdas que solemos tener. Otra asignatura es la de tocar las narices a la gente, por ejemplo: cuando estás fregando el suelo a mi me da por pasar, una y otra vez, por allí con la excusa de ir al baño urgentemente" - Esa también la tienes chupada. Ya sabes la rabia que me da cuando lo haces pero... vamos a ver, realmente ¿por qué quieres ser concejala? ¿para cobrar más? - "Esa es una razón de peso que hay que tener muy en cuenta. Piensa que, nada más llegar al sillón, me subirán un sueldo que aún no habré cobrado. ¡Un chollo, vamos! y luego está lo de poder tocar las pelotas a la ciudadanía por diversión o porque me he levantado con el pie izquierdo o porque estoy aburrida o... porque me da la real gana y lo único que puede pasarme es que me insulten por la calle pero como ya sabré oír sin escuchar, problema resuelto" - ¿Quieres explicarme a qué viene todo? - "¡A que estoy muy enfadada! Me ha costado horas enseñarle una cosa a Pascualita para que ahora vengan los del Ayuntamiento haciendo cambios" ... ¿Qué hemos dicho siempre cuando vamos al centro de la Ciudad? ¡Vamos a Palma! ¡A Palma! ¡Pero si hasta mi abuela lo decía! Luego, alguien tuvo un ataque de complejo de inferioridad y añadió "de Mallorca" ¡Ya lo sabemos que es de Mallorca!" - los gritos de la abuela ya resonaban en toda la escalera y Pascualita, asombrada, no le quitaba ojo. Yo me puse las gafas de sol por si las moscas porque este bicho no distingue entre  una bronca y una exaltación histérica. - ¡Que se pongan otros el "de"! ¡Nosotros somos únicos y si alguien se equivoca y al llegar aquí cree que está en Canarias, que se hubiese informado antes! - ¿Y que tiene que ver todo esto con Pascualita? - Pues que le enseñé a decir Palma ¿Y ahora qué quieren, que aprenda a decir "de Mallorca"?  Es muy largo - ¡Pero si no sabe hablar! ¡No dice ni mú! - "Pero mueve los labios como si dijera Pal... ma. Ahora verás...Pascualita, hija, enséñale a esta boba lo que sabes hacer, dí Pal... ma" - y la sirena, atenta y obediente a todo lo que dice la abuela, abrió la boca y claramente, ví como "decía" Pal...ma - ¡Abuela, eres una artista! ¡Has conseguido que un pez "hable"! - Pudorosa y sonrojada, dijo - "Bueno, no todo el mérito es mío... ya sabes lo inteligente que es Pascualita... ¡Ya se te podría pegar a tí algo !" - ¿Por qué la abuela siempre tiene un "recadito" para mí ?

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