domingo, 30 de octubre de 2011

24 de octubre

Estoy fatal. Tengo la moral por los suelos y me la voy pisando. Desde que la abuela me contó aquel secreto familiar , no levanto cabeza. ¡Con lo que yo quería a mi padre y ahora debo de pensar en él como si fuera un extraño! A ratos creo que hubiese sido mejor haber seguido en la higuera, no haber sabido nada. Yo era muy feliz con los recuerdos que guardo de papá (Hay, no. De papá no debo decirlo. De ... Marcelino... No me sale)
La abuela se tendría que haber dado un punto en la boca y haberse llevado el secreto a la tumba pero no, a ella le encanta liarlo todo ¡Dios mío, que desgraciada soy! Y para colmo aún me duele el brazo del mordisco que me dio la media sardina esa que ¡ojalá me hubiera comido la tarde que la encontré!
Lo que más me fastidia es que, cuando la abuela me ve, se ríe. No se que le hace tanta gracia porque, si nos ponemos a hilar fino, la fresca de esta historia es su hija... Ayer me faltó poco para tirarle un tiesto a la cabeza ¡a ver si la sienta de una vez! Y para colmo, no puedo ir a urgencias a que me den un antídoto para el veneno. Me preguntarán qué clase de bicho me mordió... ¿y qué digo? ¿una sirena?... En antídoto no me lo pondrían poque no debe haber  pero de la camida de fuerza no me libro. ¡Jesús, que mala vida llevo!... ¡Ay!... ¡Ay!... Así estoy todo día, de suspiro en suspiro... ¡Ay!
La abuela se ha acercado y me mira con ojos desorbitados - ¿Qué pasa, tengo monos en la cara? ¿Se me notan que no me quedan ni dos telediarios?... si supiera lo que me duele todo: la moral y el brazo... lo he puesto en remojo y parece que me da un poquito de alivio.. No puedo ir a trabajar porque, encima es el derecho. He dicho, como excusa, que la abuela ha perdido el juício y no he dicho ninguna mentira... basta ver como me mira. Supongo que se lo han creído porque la pobre hace ya tiempo que está un poco pallá
No paro de darle vueltas a la cabeza ¿quién será mi padre? ¿averiguo quién es o dejo las cosas tal como están? No me parece justo para él, Quizás no sabe que existo. ¿A mi me gustaría que me saliera de golpe una hija de casi cincuenta años? ¡Menudo susto! No sé que hacer . Mira que si después no me gusta o no congeniamos o le meto en un compromiso con su familia o me arrepiento de haberlo encontrado por ser un sinvergüenza, o un ladrón o un borracho o un cura... ¿un cura? Pero ¿cómo va a ser un cura si era butanero? ... Bueno, quizás la vocación le vino mientras subía bombonas a pisos altos sin ascensor y lo hacía como penitencia a sus pecados... Entonces, ¿el aprovechado éste, sabía que había dejado embarazada a mi madre?... Quizás la violó ¡pobrecita mía!... No se qué pensar ni qué hacer. Estoy echa un lío... Un momento... ahora que lo pienso... papá repartía butano por las casas... luego eso quiere decir... que el butanero era... ¡¡¡papá!!! ... ¡¡¡Me cago en todo lo que se menea!!!
Me he dejado embaucar por la abuela, como siempre. Y ha sido tan puñetera que me ha tenido días compungida y apocada mientras ella se lo pasaba en grande ¡¡¡bruja, más que bruja!!!... ¡Mírla, se muere de risa! ¡¡¡eso no se le hace a una nieta única!!! No, si no llora, le caen unos lagrimones de tanto reir... y ahora me señala con el dedo...- ¿qué pasa ahora? ¿Quiéres liarme otra vez?... ¡Déjame en paz. Estoy cabreada como un mono!... - Ahora me señala el agua donde tengo metido el brazo pero, la puñetera no puede parar de reír ¡¡¡No la aguanto. No la aguan...!!! ¡¡¡Aaaaahhhh!!! Tengo el brazo metido en ¡la pecera! y Pascualita duerme, plácidamente en la palma de mi mano. Estaba tan nerviosa que no sabía lo que hacía... ¡Por favor, por favor. Que no se despierte que me coserá a mordiscos. Porfa, porfa... Voy a ver si dejándola suavemente en la arena del fondo, no se entera... así, poco a poco... huy... Dios mío, que sudores. ¿Y esta bruja no sabía decírmelo? ¡¡¡La mataré. Un día la mataré!!!... Así... muy bien ¡Ya está! He salvado el brazo pero ahora me toca aguantar el cachondeo de la abuela durante muuuucho tiempo. ¡Qué cruz!

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