domingo, 30 de octubre de 2011

20 de octubre

No se le ha ido del todo el cabreo a la abuela. Ella ya había hecho sus planes  y pensaba disfrutar las vacaciones a tope, sobre todo ahora que se le ha despertado la líbido desde que el pobre Marcelino tuvo aquel percance con Pascualita en el cuarto de baño de casa. Ahora ve unos pantalones y se enciende como una cerilla - ¡Pero, abuela, contente un poco! - "¡No me da la gana!. Toda la vida yendo con cuidado, rehuyendo a tu abuelo, mintiendo sobre ficticios dolores de cabeza, vistiéndome como una vieja para que no me viera atractiva..." - Pero ¿por qué? - "Para no quedarme embarazada, mujer. Es que hay que explicártelo todo. Ya me bastó con tu madre. en cuanto acabó el puñetero parto me dije: Una y no más, Tanto Tomás. Y finalmente, lo conseguí. Y ahora,que ya estoy libre de estos sobresaltos. Que puedo acostarme con un regimiento entero sin que pase nada, van esos cabrones de la Agencia y me dicen que no hay viaje" - ¿Pero es que ibas a ir de viaje a un cuartel? - le pregunté, extrañada. "Dios mío, para una nieta que tengo y me sale tonta del culo... ¡No, hija! Es que se que se lo pasan muy bien los de la tercera edad en esos viajes del Inserso. Por lo visto, durante la noche, los pasillos de los hoteles son un contínuo ir y venir de abuelos y abuelas de una habitación a otra ¡Allí hay más fuego que en el cráter de un volcán! Claro, como no hay peligro de quedarse preñadas, aquello es un desmadre. Con decirte que, al día siguiente hay quien no encuentra su dentadura y aparece en otra habitación... ¡Y todo esto me lo estoy perdiendo!" - No hagas caso de las habladurías que a mi, todo esto, me parece una patraña para dar envidia a los que, como tú, no podéis ir - "¡Que no, que lo se de buena tinta!" - Cuando se pone así, mejor dejarla por imposible.
A continuación a cogido a Pascualita, la ha metido en el termo y se ha ido. Ha sido todo tan rápido que a penas me ha dado timpo de preguntarle a dónde iban: "¡Al funeral"  - ¿Qué funeral? - pero ya había cerrado la puerta. Me ha entrado un malestar en el cuerpo, fruto de un mal presagio ¿Marcelino? Y sin pensármelo dos veces, he salido corriendo tras ellas. Las he pillado a punto de coger el autobús. - Abuela, ¿por qué no me has dicho nada, mujer? - "No sabía que mis cosas te interesaran tanto"- Bueno... piensa que fue muy especial. Además, lo he conocido y no me gusta dejarte sola en este trance - La abuela bajó la cabeza y dirigiéndose a la sirena que asomaba los ojos a través de la ventanita del tapón, le comentó: "¿Te has fijado si ésta ha bebido vino a escondidas?" - Los ojos saltones e inexpresivos de Pascualita me miraban fijamente - Yo seguí hablando para distraer a la abuela ya que algunos trances son muy difíciles de pasar y es entonces cuando la familia tiene que estar para echar un capote - ¿Por qué no me has dicho nada? Hubiese comprado unas flores bonitas... - Otra vez bajó la cabeza para comentar con la sirena: "Creo que esta chica lleva mal camino. Tu fíjate bien en ella y no la imites. No es bueno estar emporrada todo el día... Esto... Nosotras nos bajamos aquí. Ya hemos llegado" - Entonces yo también me bajo... Y no fumo porros... Por cierto... ¿Dónde está la iglesia? - "¿Qué iglesia? si cuando yo digo que estás descentrada..." - Entonces vi a sus amigas haciendole señas, todas con una copa de la manos y más alegres que unas castañuelas,  desde la puerta de una cafetería muy concurrida... por gente mayor - ¿Pero no ibas al funeral de Mariano? -"¿Se ha muerto Mariano? vaya, no lo sabía. Por lo menos se habrá ido al otro mundo con la sonrisa en los labios, jejejeje..." - Entonces me fijé en el letrero del toldo - Cafetería El funeral - Me sentí tan enfadada que le grité ¡Dame a Pascualita. La vas a pervertir a la pobre! - "Ni hablar, nieta. Le enseño cultura general"

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