domingo, 30 de octubre de 2011

19 de octubre

Cuando me he levantado, legañosa y somnolienta, la abuela ya estaba en perfecto estado de revista y con el termo de la sirena colgado del cuello. Apenas me ha dado tiempo de saludarlas y preguntar a donde iban. "Hoy empiezan a dar los viajes del Inserso y hay que llegar la pronto para poder coger algo potable"- Pero has visto la hora que es... ¡las 6,30 de la mñanana! no creo que haya ninguna oficina de viajes abierta" - Ya lo sé. Si me escucharas te habrías enterado de que he dicho HAY QUE LLEGAR PRONTO" - Te he oído, te he oído... y ¿hacía falta darle este madrugón a Pascualita? No creo que le interesen lo más mínimo tus viajes - "¿Cómo que no? ella también va a venir. Ya sabes que si no está conmigo me ataca el asma..." - Mucho cuento tienes tú. Pobre bicho, no se como te mira a la cara - "Entre otras cosas, porque no la llamo bicho" - La he dejado por imposible. Al salir de la ducha ya se habían ido
A mediodía la abuela estaba de un humor de perros. Refunfuñaba por los rincones, se le caían los cubiertos de las manos, los garbanzos se le habían pegado y estaban incomibles. Pascualita estaba en el fonda de la pecera y parecía no querer salir a la superficie. A pesar de saber que me estaba equivocando, de que más valía vivir en la ignorancia y de que, finalmente, acabaría metiéndome en la boca del lobo, abrí la mía para preguntar ¿Qué ha pasado en la agencia de viajes? - A borbotones le salían las palabras a la abuela "¡Esas hijas de su madre, van y me dicen que ya no hay nada! ¡Que todos los viajes ya están cogidos!" - Me quedo con la boca abierta ¿Pero no has sido la primera en llegar? - "¡Claro! ¡dos horas me he tirado en la puerta de esos chanchulleros para nada! ¡Mecago en sus muertos!" - ¡Abuela, ponte tranquila! - "¡¿cómo quieres que me tranquilice si me han robado?! ¡¿A quién han dado mi viaje? porque allí solamente estaba yo! ¡Me voy a liar la manta a la cabeza y me iré con los Indignados!" - y así siguió, gritando y soltando tacos a diestro y siniestro. Yo la dejé porque, después de todo, tenía razón. Cuando se calmó un poco le propuse acompañarla a la Agencia y pedir explicaciones porque, seguramente la abuela, ante la negativa, se puso nerviosa y no se enteró de nada más. Se negó en redondo: "¿Que quieres, que me detenga la policía? porque si voy y me cuentan un cuento chino arrastraré a alguien de los pelos" - No hay que recurrir a la violencia. Ya sabes que hablando se entiende la gente - "Esos no son "gente" sino marionetas puestas en el mostrador por el Sistema para, con carita de pena, jodernos vivos a los pobres pensionistas que no tenemos ni enchufes ni padrinos ¡Maldita sea mi estampa!... En lugar de acompañarte voy a hacer algo positivo..." - Miedo me das -" Pues no te asustes que no es nada malo. Voy a ir a las oficinas de los partidos políticos mayoritarios (al fin y al cabo son los que cortan el bacalao) y me voy a afilliar..." - ¿A cúal? - "A los dos ¿no te enteras?" - Eso no se hace así, abuela. O te afilias a uno o a otro... - "Siempre vas de pardilla por la vida, hija mía. Hay que apuntarse a todos, así, cuando quieras una cosa que te interesa, enseñas un carnet u otro, dependiendo de la inclinación política a la que pertenezca quien tiene que darte la ayuda..." - Eso es ser chaquetero - "¿Y?" -¡Abuela! cómo que ¿Y? pues que tener el carnet te obliga a guardar una disciplina de partido y votarle, te guste o no... - "¡Tu eres tonta! ¡votaré a quién me de la gana! No hacen todos ellos lo que quieren, pues yo no voy a ser menos ¡hala!" - Si todos hiciéramos lo mismo, España ... - "¿Qué? ¿Se iría al carajo? ¿Y sería por culpa mía, verdad? Voy a coger el bolso y me marcho a hacerme carnets de todos los colores. Hasta luego" - Bueno, la cosa podría haber sido peor porque sé que la abuela guarda en uno de los cajones de su cantarano, una pistola Lüger, recuerdo de un antiguo novio de cuando la guerra civil que resultó ser un nazi de mucho cuidado, por eso, cuando se enteró lo primero que hizo fue quitarle el arma sin que se diera cuenta y lo segundo, desparacer de su vista.
Con las prisas y la rabia que lleva, la abuela se ha olvidado de la sirena. Veremos qué tal se comporta su asma. Ahora que nos hemos quedado solas, Pascualita ha dado un salto y se ha sentado en el borde de la pecera. Se ve que la pobre, lo ha pasado mal esta mañana. Seguro que los empleados de la Agencia no olvidará la bronca de la abuela.

No hay comentarios:

Publicar un comentario