domingo, 30 de octubre de 2011

12 de octubre

A la abuela se le caían unos lagrimones como garbanzos. Estaba mirando a Pascualita, embelesada, conmovida. La observe con disimulo durante un rato pero no me pareció que se encontrara mal.Sin embargo, la sirena, subida al borde de la pecera, mostraba un color de piel lastimoso -A ver si es ella la que está mala - pensé. Como allí no pasaba nada y nadie me prestaba atención, me fui a trabajar.
Al volver a mediodía, la comida no estaba hecha y la abuela seguía tal como la había dejado - ¿le habrá dado un aire? - A su lado había un montón de pañuelos de papel arrugados - pues sí que ha llorado - y unos suspiros emocionados salían de su pecho. La piel de Pascualita había pasado de ser blanca a verde. Finalmente, llenándome de valor, me atreví a romper aquel extraño silencio que, por lo visto, había durdo toda la mañana. - Abuela ¿vas a contarme lo que pasa? A mi también me parece que Pascualita se está muriendo, tiene un color que... - "¿Es que nunca puedes decir algo coherente? No se está muriendo, tonta, sino dando vida..." - Ya, ya se que es buena para tu asma pero ese color... - "¿Qué color quieres que tenga? Pues el normal en estos casos. Y no te estoy hablando de mi asma sino de su ¡EMBARAZO!"
Quedé pasmada. ¿De que estaba hablando aquella mujer? Miré en derredor buscando la botella de chinchón a la que, seguro, le había dado un buen tiento. - "Mírala -siguió diciendo - que guapa está" (¿guapa? ¡glup!) - Abuela ¿te encuentras bien? Ves a la óptica porque creo que necesitas una graducación más alta en las gafas - "¿Me estás llamando cegata?" -  ¿Pero es que no ves que Pascualita está enferma?  y de guapa, nada - "Es que tiene los vómitos propios de las embarazadas  pero me hace tanta ilusión ser abuela..." - ¡Pero si ya lo eres! Tu nieta soy yo - "Ya lo se pero no es lo mismo, este nuevo nieto, o nietos, serán muy especiales" - ¡Y tanto! - "¿No me digas que no te ilusiona ser tía?" - Si tuviese hermanos, claro que sí pero soy hija única de hijos únicos, así que ya me dirás que sobrino voy a tener - "¡Los hijos de Pascualita, boba!" - Pero, abuela ¿cómo va a estar embarazada si se comió al pez que le traje? - "Piensa, alma de cántaro, piensa... ¿Qué, no caes?... ¡Ya estaba embarazada cuando apareció en la lata de sardinas!" - ¿Estás segura? - "¿Pero si solo hay que verla? Se ha pasado la mañana vomitando. Ya no se las veces que le he cambiado el agua... por ciento, luego coges la garrafa y te vas a la playa a por más"
Pascualita se dejó caer hasta el fondo de la pecera y se acostó sobre la arena. - Abuela, cada vez la veo peor y lo que no veo es la barriga. La tiene como siempre, plana. - "Porque es medio pez" - ¿Y? - "Pues que pondrá huevos" - ¿Y? - "¿Cómo que Y? Pues que si no hay crío, no engorda" - ¿Y dónde lleva los huevos? Se le tienen que notar ¿no crees? - "A tí lo que te pasa es que te crees muy lista porque estás enganchada a los programas de animales de la 2 y ya lo sabes todo. Mira, si no quieres ser tía, no lo sea pero deja de dar la lata" -
Estuvimos en silencio observando al pobre bicho hasta que, finalmente, se me encendió la bombilla. - Abuela ¿qué ha comido Pascualita? - "El pienso de todos los días ¿por qué?" - Y tú ¿qué has desayunado? - "Ay, hija. Me he levantado con un hambre canina y me he frito dos huevos con chistorra que me han sentado divinamente" - ¿Y ella también ha comido de eso? - "Ya sabes que le encanta probar lo que como. Le he dado unos cuantos trocitos de pan, unos mojados en huevo y otros en el aceite de la chistorra. No ha dejado nada. Da gusto verla comer, le gusta todo, no como tú que eres una melindres y no sales de las verduritas y los desnatados. A ella le gustan las cosas que se agarran al riñón" -¿ Al riñon...? ¡Estás loca! Pascualita tiene ¡un empacho de caballo! ¡Un día de estos te la vas a cargar!

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